Seis toros de Pedrés, que sustituyeron a los inicialmente anunciados de José Cruz, rechazados en el reconocimiento veterinario, muy bien presentados, serios, con cuajo y romana, y muy complicados por orientados en líneas generales. La excepción fue el sexto, un buen toro.

Juan del Álamo, de verde botella y oro: pinchazo y estocada (silencio); y cinco pinchazos, media tendida y ocho descabellos (silencio tras dos avisos).

Román, de espuma de mar y plata: estocada desprendida (oreja); media tendida y descabello (oreja tras aviso).

Curro de la Casa, de azul marino y oro: pinchazo y estocada (oreja); y pinchazo y estocada (oreja).

En la enfermería fue asistido el banderillero Marcos Ortiz, cogido por el primero, de "posible fractura de peroné" por lo que ha sido trasladado al hospital de Guadalajara.

La plaza registró más de media entrada en los tendidos.

Los diestros Román, que firmó una valentísima y entregada actuación, y Curro de la Casa, que cuajó posiblemente la mejor faena de la feria, salieron ayer a hombros en la cuarta y última de la feria de Guadalajara, donde Juan del Álamo se fue de vacío con una imponente y difícil corrida de Pedrés. Los toros, de imponente de fachada, sacaron muy mal estilo en conjunto, muy complicados para la lidia por broncos, reservones, aviesos, orientados. Difíciles de verdad.