Seis toros de Daniel Ruiz, el sexto como sobrero al ser devuelto el tercero y correrse turno, desiguales de presentación y juego. Los mejores, cuarto y sexto.

Julián López "El Juli", ovación tras fuerte petición de oreja, con pitos al presidente por denegarla, y dos orejas.

José María Manzanares, ovación y ovación.

Paco Ureña, dos orejas y dos orejas.

Incidencias: Tras la lidia del segundo el banderillero Rafael Rosa, que sufrió un derrote cuando colocaba un par de banderillas, fue asistido en la enfermería de: "Contusión por cornada en hemitórax izquierdo a nivel del 9º y 10º arco costal con hematoma a dicho nivel. Contusión torácica izquierda. Pronóstico reservado. Trasladado a Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia para estudio radiológico".

La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde de temperatura agradable.

Los diestros Julián López El Juli, que cortó dos orejas, y Paco Ureña, con cuatro, salieron ayer a hombros en la segunda corrida de la Feria de Murcia, en la que José María Manzanares, se fue de vacío y que ha constituido el debut del ganadero Daniel Ruiz en el coso de la Condomina. El Juli estuvo, una vez más, en consumado maestro en el arte de torear, con una técnica envidiable y una facilidad para entender a sus oponentes como pocos. Al primero, que protestaba en la muleta, le obligó a embestir, e incluso logró sacarle unas buenas tandas de muletazos. Sus mayores opciones las tuvo con el que hizo cuarto, que fue uno de los dos mejores del encierro y que resultó colaborador por su fijeza y por su movilidad. Las tandas sobre ambas manos, todas templadas y surcando el albero, se sucedieron con naturalidad, en un toreo suave que fue coreado por los aficionados y que tuvo el brillante colofón de una sensacional estocada hasta la bola.

A Manzanares no le acompañó el lote. Su primero no se entregó nunca en las telas del alicantino, además de desentenderse siempre al final de cada muletazo. Más entonado pudo estar con el segundo de su lote, con el que se lució levemente en tandas sobre la mano diestra.

El gran triunfador del festejo fue el lorquino Paco Ureña, que estuvo en los dos toros de su lote con un valor escalofriante, y un temple y seguridad dignos de encomio. El tercero fue devuelto a los corrales ante las protestas de los espectadores, que creyeron advertir que tenía problemas en la vista. Se corrió turno, por lo que saltó a la arena el reseñado para cerrar plaza, al que instrumentó una faena de tremenda emoción, porque el diestro se jugó la cornada en varios momentos y porque puso corazón y alma a todo lo que hizo.

Igual de valiente se mostró con el sexto, destacando las ajustadísimas bernardinas con las que cerró la lidia, tan escalofriantes que hicieron levantar al público de sus asientos. Con las mismas ambas labores, que, además de valor, aunaron también temple y sentimiento en la interpretación, tuvieron brillante corolario con los aceros.

Tras la lidia del segundo el banderillero Rafael Rosa, que sufrió un derrote cuando colocaba un par de banderillas, fue asistido en la enfermería de: «Contusión por cornada en hemitórax izquierdo a nivel del 9º y 10º arco costal con hematoma a dicho nivel. Contusión torácica izquierda. Pronóstico reservado. Trasladado a Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia para estudio radiológico». La plaza de toros murciana registró tres cuartos de entrada en tarde de temperatura agradable.