La cementera Cosmos no tiene intención de dejar de valorizar residuos no peligrosos para su uso como combustible alternativo porque asegura que cumple con la legalidad. Fuentes de la empresa afirman que «no va a parar la actividad» y que la autorización ambiental integrada que tiene desde el 2007 la avala. La cementera no entiende la decisión adoptada «sin fundamento» por Urbanismo, que, como adelantó este periódico, le ha abierto un expediente de protección de la legalidad urbanística por utilizar biomasa y residuos como combustible y no contar con licencia para ello. Aunque reconoce que aún es pronto para conocer los derroteros que tomará esta historia, y que tendrá que estudiar los pasos a dar, no descarta acabar en el juzgado. A su juicio, y según las mismas fuentes, el «único objetivo» de Urbanismo «es poner en duda la legalidad de nuestra fábrica». De todas formas, Cosmos se muestra dispuesta a «colaborar y facilitar toda la información necesaria» requerida por el Ayuntamiento y Urbanismo para «aclarar cualquier asunto relacionado con la fábrica de cemento».

Como ha hecho hasta ahora desde que hace más de dos años Urbanismo iniciara la innovación de PGOU que persigue que solo se pueda valorizar fuera del casco urbano, la cementera se aferra a la Autorización Ambiental Integrada (AAI) otorgada en el 2007 por la Junta para demostrar que cumple con la legalidad y a «un informe previo de compatibilidad urbanística emitido por la propia Gerencia de Urbanismo» en aquel momento. Por ello, tiene claro que «el propio Ayuntamiento ha avalado con su informe urbanístico la sustitución parcial de combustibles tradicionales por residuos no peligrosos», que, además, está «autorizada» en la AAI. Cosmos está convencida de que los dos «permisos avalan que la fábrica actúa siempre bajo la más estricta legalidad y con absoluto respeto al medio ambiente y a la salud de las personas de su entorno».

Como ya hizo el 20 de octubre del 2017 cuando explicó el proceso de fabricación de cemento usando como combustible coque de petróleo y derivados de residuos (CDR) -restos de papel, plástico, cartón y algo de biomasa-, la cementera aclara que la planta de Chinales se dedica «exclusivamente a producir cemento y para ello necesita combustibles con alto poder calorífico». Cosmos insiste en que la AAI le permite «utilizar como combustibles, además del coque» y biomasa (para la que tiene licencia de Urbanismo), otros «derivados de residuos no peligrosos».

Ni PSOE ni IU se pronunciaron sobre el paso dado por Urbanismo. No obstante, fuentes de ambos coincidieron en que en la apertura del expediente no ha influido el informe de Salud que destaca el «potencial contaminador» de «incinerar-valorizar residuos», actividad de «cuarta categoría» y propia de las empresas que deben situarse en «zonas alejadas de las áreas urbanas», que ya contempla el PGOU del 2001, lo que hace innecesaria una innovación. Estas fuentes aseguran que fue casualidad que la llegada del informe de Salud coincidiera con la notificación del expediente a Cosmos, ya que este se había iniciado antes. Estas fuentes destacan que un expediente administrativo requiere tiempo y que este es un trámite más en este conflicto que responde a una infracción detectada.

No obstante, las fuentes municipales consultadas sí reconocen que el informe ha agilizado los plazos al verle valor suficiente para que alguien, en caso de que el presidente de Urbanismo firme una licencia para permitir valorizar ahora que ha acabado el plazo de suspensión que ha estado vigente, «se vaya a un juez para acusarlo de prevaricación», tesis que también mantiene Aire Limpio. Estas fuentes niegan, además, que haya habido presiones de Ganemos, que esta semana ha mostrado su descontento al conocer que el equipo de gobierno no descarta paralizar la innovación de PGOU.