La tercera sesión del juicio por la muerte de una mujer de 83 años en Baena en el año 2015 se centró ayer en la declaración de los agentes de la Policía Local y Guardia Civil que intervinieron en el caso.

Iniciaron las declaraciones los tres agentes de la Policía Local, que fueron los primeros en entrar al lugar de los hechos y describieron el escenario del crimen.

Por su parte, los guardias indicaron que la investigación que se puso en marcha barajó en un principio varios sospechosos. Uno de ellos por haber estado dentro de la casa el mismo día, pero del que se dejó de investigar, pese a haber huellas de él en el domicilio, porque el seguimiento de su móvil realizado por el Instituto Armado lo situaba en otro lugar en el momento de ocurrir los hechos.

El segundo descarte se produce cuando se demuestra que una moto que presuntamente se había visto en el momento del suceso cerca del lugar estaba en un taller, desmontada, el día de autos.

Los agentes explicaron también que siguieron la pista dejada por una marca de zapatilla de deporte impregnada de aceite, calzado que fue buscado, sin éxito, en casa del ahora encausado.

Otra de las piezas que buscaron lo guardias en la casa del sospechoso es una sudadera de color salmón y naranja, que era, presuntamente, la que llevaba puesta la persona que saltó la tapia de la casa. Dicha prenda tampoco fue encontrada durante el registro en la vivienda del acusado.

Otra declaración esperada fue la grabación que se hizo al hijo de la víctima, ya fallecido también, en la que reconocía la buena relación que mantenía con el detenido, así como que había sido éste el que había pintado la pared de la vivienda, además de haber compartido con él muchos momentos, ya que incluso se quedaba a dormir en la casa donde vivía con su madre.