La Guardia Urbana de Barcelona ha detectado en el barrio de Sant Antoni un transporte de alimentos que no cumplía con la normativa exigida para ello, sin ofrecer ninguna garantía de salubridad. Los alimentos tenían como destino una hamburguesería del barrio de la Sagrada Familia, del que no han trascendido más detalles.

Ese local, según ha informado la policía municipal a través de Twitter, fue inspeccionado, y tras esa entrada se retiraron de la venta un total de 189 productos que no cumplían con los requisitos para su consumo.

Como explicó este diario, cada año se realizan en Barcelona más de 5.000 inspecciones a locales relacionados con la alimentación (bares, restaurantes, supermercados, tiendas de comida, comedores...). El año pasado fueron 5.288 controles en un total de 3.055 establecimientos.