El papa Francisco se comprometió ayer a que la Iglesia «no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido «abusos de tipo sexual y que «nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso». Así lo expresó en su discurso final tras la cumbre histórica celebrada en el Vaticano ante 190 representantes de la jerarquía de la Iglesia católica para abordar la lacra de los abusos a menores por parte de clérigos. El papa argentino quiso en su largo discurso puntualizar que la plaga de los abusos a niños «es universal y transversal» y para ello citó varios informes de instituciones internacionales, pero dejó claro que «esto no disminuye su monstruosidad dentro de la Iglesia».

«La inhumanidad del fenómeno a escala mundial es todavía más grave y más escandalosa en la Iglesia, porque contrasta con su autoridad moral y su credibilidad ética». Francisco explicó que las estadísticas que realizan las instituciones y organismos internacionales son parciales porque numerosos abusos se cometen en el ámbito familiar y no se denuncian. El papa quiso reafirmar «con claridad» que «si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso -que representa ya en sí mismo una monstruosidad-, ese caso será afrontado con la mayor seriedad». El objetivo de la Iglesia, añadió Francisco, «será escuchar, tutelar, proteger y cuidar a los menores abusados, explotados y olvidados, allí donde se encuentren». Y para ello, el papa dijo que «tiene que estar por encima de todas las polémicas ideológicas». Después de estos tres días de debates en el Vaticano, aseguró que ha llegado la hora «dar directrices uniformes para la Iglesia». Pero el discurso papal quedó muy lejos de contentar a los afectados por la lacra de los abusos. Algunas de las víctimas del clero manifestaron su indignación y decepción por las palabras del papa Francisco al considerar que no hay medidas concretas sino solo frases hechas. El español Miguel Hurtado, que denunció abusos sexuales en el pasado por parte de un monje de la abadía de Montserrat y es uno de los portavoces de la Organización Global de Víctimas (ECA), afirmó que ayer las palabras del papa Francisco han sido como «un guantazo». «Hoy el papa Francisco ha dado un guantazo a todas las víctimas de pederastia de los cinco continentes que han llegado hasta Roma para exigir explicaciones», dijo el psiquiatra y activista al termino del discurso de Francisco. Hurtado denunció que la mitad del discurso del pontífice estuviese dedicada a «los abusos fuera de la Iglesia». «Nosotros hemos sido abusados dentro de la Iglesia, por sacerdotes católicos, por monjes y maestros católicos. Esperábamos una respuesta que el papa no nos ha dado», lamentó.