El papa Francisco proclamó ayer domingo nuevos santos al papa Pablo VI, cuyo pontificado fue de 1963 a 1978, y al arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero en una multitudinaria ceremonia en la plaza de San Pedro Francisco utilizó, como es habitual la fórmula en latín para proclamar las nuevas santidades. El arzobispo Romero fue asesinado en marzo de 1980 por un escuadrón de la muerte salvadoreño mientras oficiaba una misa. Durante la ceremonia también se celebraron las canonizaciones de la que es considerada la primera santa boliviana, aunque nacida en Madrid (España), Nazaria Ignacia March; de los sacerdotes italianos Francesco Spinelli, Vincenzo Romano y el laico Nunzio Sulprizio y de religiosa alemana María Katharina Kasper. Monseñor Óscar Arnulfo Romero, la voz de los sin voz, fue beatificado el 23 de mayo de 2015 en su El Salvador natal y canonizado a instancias del papa Francisco, quien firmó el pasado marzo el decreto por el que reconoce el milagro atribuido al religioso salvadoreño. San Romero de América, como es conocido entre los salvadoreños, o San Óscar Arnulfo Romero, amado en vida y venerado tras su asesinato, es el único capaz de conciliar a todo un país, en torno a su figura y su legado. Nacido en el seno de una familia humilde en Ciudad Barrios el 15 de agosto de 1917, siempre se alzó como firme defensor de los pobres y detractor confeso de los abusos contra los derechos humanos en los años previos a la guerra civil salvadoreña (1980-1992). Romero sabía que lo asesinarían. Lo tenía claro, según narran sus colaboradores en sus últimos años de vida. «Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño», «les ordeno en nombre de Dios: ¡cese la represión!», son algunas de las frases más recordadas del mártir, quien las usaba en sus homilías y las transmitía a sus seguidores.

Pablo VI, el tercer papa que canoniza el actual Papa Francisco después de Juan XXIII y Juan Pablo II, fue el pontífice de los grandes cambios en la Iglesia católica, desde la conclusión del Concilio Vaticano II a la creación del Sínodo, y que siempre abogó por el diálogo. El italiano Giovanni Battista Montini, luego Pablo VI, nació el 26 de septiembre de 1897 en Concesio (Lombardía), Fue el primer papa viajero y mantuvo una relación muy complicada con el Franquismo español.