La Policía Nacional detuvo en la madrugada de ayer a un hombre de 42 años tras hallar el cadáver descuartizado de su pareja, una joven de 22 años, en un arcón congelador en una vivienda de Alcalá de Henares, en Madrid. El detenido era pareja sentimental de la víctima, cuya desaparición había denunciado su madre en diciembre de 2018 en la citada localidad, si bien su familia no tenía contacto habitual desde septiembre de 2017, señalaron a Efe fuentes de la investigación.

Otras fuentes consultadas relatan que la joven, nacida en diciembre de 1996, según consta en la denuncia, es de origen ruso y adoptada como sus otras dos hermanas, también rusas. No mantenía relación con su familia pero su madre trató de ponerse en contacto con ella en repetidas ocasiones unos días antes de Navidad. Tras no conseguirlo denunció su desaparición el pasado 30 de diciembre.

Hace tres días y tras las pesquisas policiales realizadas a raíz de la denuncia, los agentes acudieron a la casa, situada en un bajo habilitado como vivienda en el número 3 de la calle Camino de Santiago, en la ciudad complutense, y en la que la víctima presuntamente vivía desde verano. El detenido manifestó a los policías que la joven ya no residía con él pero no les dejó entrar cuando le pidieron acceder a la vivienda sin orden judicial. «No os fiais de mí o qué», les espetó el presunto autor, según revelan a Efe fuentes cercanas al caso.

Los agentes, entonces, solicitaron mandamiento de entrada y registro de la vivienda, a la que accedieron en la tarde del jueves y descubrieron el cadáver descuartizado de la joven en un arcón congelador en el interior de una bañera. Horas después la Policía detuvo al hombre en el bar donde trabajaba como presunto autor de lo que apunta a un nuevo crimen machista. El arcón en el que este jueves fue hallado el cadáver de la joven se encontraba en el interior de una habitación, cerrada con llave, que el detenido y la víctima tenían alquilada. Así lo explicó el propietario del inmueble, que residía junto a sus inquilinos en la misma vivienda y que, según dijo, se enteró de todo ayer. «Yo tenía alquilada una habitación a estas personas, cerrada con una llave, y yo ahí no he entrado nunca; cuando uno alquila una habitación el propietario no entra a ver qué hay», señaló el dueño de la casa. El presunto asesino trabajaba como camarero y era natural de Jaén. Cuando en el bar le preguntaron por la ausencia de la joven dijo «que lo habían dejado y que (ella) se había marchado a Madrid».