La estructura del Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil, recientemente creado por el Gobierno, es «extremadamente ligera»: se compone de 5 miembros, no tiene presupuesto propio y no ejecuta programas de manera directa, sino que su papel es esencialmente «dinamizador de iniciativas». Así lo aseguró la Alta Comisionada, María Luisa Carcedo, en su primera comparecencia en la Comisión de Derechos de la Infancia y Adolescencia del Congreso en la que, aunque dijo que «esta va a ser la legislatura de la infancia», todos los grupos, salvo el PSOE, han criticado que no haya presentado ni una sola medida concreta.

Carcedo insistió varias veces en la estructura del Alto Comisionado y se mostró convencida de que si hubiera sido dotado con 200 personas y con nuevos programas «nos dirían que somos unos despilfarradores, que estamos duplicando la administración». A su juicio, es «un error focalizar el tema de la pobreza infantil sobre dar una ayuda asistencial a los niños pobres, no es ese el problema, sino que es la estructura económica que genera que existan esos niños pobres». Por tanto, las políticas que hay que poner en marcha son de diversa índole, como laborales, fiscales, sanitarias y de servicios sociales.