Cinco hombres han sido detenidos por la Policía Nacional en Málaga por traficar con más de media tonelada de cocaína, 130 kilos de hachís y otros 74 de marihuana escondidos en bloques de comida congelada como crema de avellanas, tofu líquido o pan de gambas que tenían como destino Holanda.

Los arrestados, cuatro de nacionalidad holandesa y uno española, sumergían los paquetes de droga en recipientes que contenían los alimentos que luego congelaban en una cámara frigorífica y empaquetaban y cargaban en camiones frigoríficos con destino a los Países Bajos, donde la mercancía era procesada y distribuida.

Los integrantes de la red operaban desde una nave industrial de Alhaurín de la Torre (Málaga) que estaba siendo vigilada tras detectar que la actividad no correspondía a la de la empresa constituida en abril por un ciudadano holandés, según ha informado en una rueda de prensa el comisario provincial, Francisco López Canedo.

Canedo explicó que los detenidos empleaban guantes a la hora de cargar los palés en los camiones «para evitar dejar sus impresiones dactilares» y que utilizaban etiquetas de una conocida franquicia del norte de Europa.

El inspector jefe de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Costa del Sol, Antonio Rodríguez Puertas, afirmó que se trata de un nuevo método de transporte de droga «muy difícil de detectar por los perros» debido al fuerte olor de la comida.

Además de la droga, cuyo valor en el mercado podría superar los 33 millones de euros, la Policía se ha incautado de cinco vehículos, una cabeza tractora, un remolque frigorífico y material informático, teléfonos móviles y 11.020 euros en efectivo.

Los cuatro holandeses, tres de ellos con antecedentes, han ingresado en prisión acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas, mientras que el español ha sido puesto en libertad.