La semana de vacaciones se le acabó yendo de las manos a un grupo de 800 estudiantes portugueses, que al regresar a su país se han encontrado con una denuncia por los importantes destrozos causados durante su estancia en un hotel de Torremolinos el pasado sábado. El grupo, que se encontraba realizando un viaje de estudios, había reservado a través de una agencia de viajes lusa las instalaciones del hotel Pueblo Camino Real, un establecimiento de cuatro plantas situado en primera línea de playa. La sorpresa para los responsables del hotel fue mayúscula cuando al disponerse a limpiar las habitaciones tras la marcha de los jóvenes descubrieron el estado en el que se encontraban. El escenario era desolador: azulejos destrozados, colchones arrojados por las ventanas, extintores vaciados en los pasillos, restos de orín en los corredores... hasta arrojaron un televisor a una bañera.