En el centro de la Semana Santa está el amor fraterno, que es el amor de Dios derramado en nuestros corazones para amar como Él nos ha amado. Y en torno a ese amor, seis hermosas advocaciones realizaron anoche su estación de penitencia: El Perdón, El Calvario, La Paz, La Misericordia, La Pasión

y La Piedad. El Papa Francisco nos ha gritado que «abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas privados de dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de auxilio». Hoy, Jueves Santo, se nos invita al amor, porque «Cristo está en agonía, hasta el fin del mundo. Y no se puede dormir en esta hora». La Virgen de la Paz encendió la noche con un canto de esperanza.