Después de cuatro décadas de democracia, los restos del dictador Francisco Franco fueron exhumados de la basílica del Valle de los Caídos el pasado 24 de octubre y trasladados a un panteón de Patrimonio del Estado en el cementerio de Mingorrubio (Madrid), en El Pardo. Allí se encuentra su sepultura junto a la de su esposa, Carmen Polo. Un mes antes, el Tribunal Supremo despejó el camino para esta actuación desestimando el recurso de la familia contra los acuerdos del Gobierno para exhumar los restos del dictador y trasladarlos a Mingorrubio. Los descendientes de Franco querían que se inhumase en la catedral de La Almudena.

Por otra parte, al Alto tribunal aclaró que la intervención no requería de licencia de obra municipal, despejando así los últimos interrogantes. La exhumación duró dos horas y los nietos y bisnietos del general sacaron a hombros el féretro original con el que la dictadura lo enterró el 23 de noviembre del año 1975. Los restos de Franco salieron del Valle de los Caídos sin honores militares, ni banderas. Con este acto, el Gobierno de España cumplió la Ley de Memoria Histórica y anuló el principal símbolo monumental del franquismo que todavía quedaba en España.