Nacido en Pozoblanco, Antonio César Fernández fue misionero en diversos países de África desde 1982, siendo fundador en dicho año de la presencia salesiana en Togo, su primer destino. A lo largo de su trayectoria trabajó como maestro de novicios (1988-1998) y ejerció, entre otras funciones, como delegado de la AFO en el Capítulo General 25 (2002). En la actualidad ejercía su ministerio en Burkina Faso. Había cumplido los 55 de salesiano y 46 de sacerdote.

Horas antes de morir dijo que «son los jóvenes de los distintos lugares en los que he estado los que me han enseñado a ser salesiano».