Cantaba Bob Dylan que en el Principio el hombre dio nombre a los animales. Lo sabe bien Robert Zimmermann, que como judío convertido al cristianismo respira Biblia por los cuatro costados. En el principio fue el verbo, el nombre, y san Francisco de Asís amaba pronunciar los de sus amigos como el hermano lobo, la hermana serpiente. Todas las civilizaciones y sus religiones de guardia conocen el valor de la palabra y el poder atribuido a los nombres de las cosas, que de este modo pasan de ser volutas de viento inexistentes a la vista, a entidades reales con las que te puedes echar un pulso de dominación o supervivencia. Los nombres son ese otro frente de batalla en esta guerra perpetua que es España, un país donde los nombres de las calles duran solo un par de generaciones. La afición al cambio de los nombres de las vías públicas no es patrimonio de una sola facción, aunque ambas (la facciones en España son siempre dos) le echen la culpa de su uso y abuso a la otra según el interés de su predominancia rotatoria. Las calles de mi infancia estaban llenas de generales, santos, curas y gestas de la guerra civil; los generales y las gestas fueron desapareciendo poco a poco llevados por los reportajes de la revista Interviú que destapaban memoria y oprobio periódicos sobre la Historia. Aún permanecen los santos y los curas. A continuación, de las calles se enseñorearon por fortuna Pablo Iglesias, Dolores Ibárruri La Pasionaria, Santiago Carrillo, gente bienhechora, amigas de la Humanidad. En esto, Córdoba ha demostrado una vez más su sabiduría antigua y aquilatada, los nombres que el Ayuntamiento ha suprimido tenían que caer tarde o temprano y no se ha cometido el error de sustituirlos por esos amigos de la Humanidad que ya están por otras partes sino que se han escogido otros cuya fina, aséptica, justa, hermosa y acertada elección hasta llegan a sorprender en estos tiempos de rencores y venganzas. Costará acostumbrarse, es posible, pero será un placer tiendear en el Foro Romano o pasear por la avenida del Flamenco. Acordarse de la Letro, de Corto Maltés, del librero Luque y de los Derechos Humanos es para sobresaliente.

* Profesor

@ADiazVillasenor