Podemos implosiona. El órgano del PCF, L’Humanité, se arruina. Los bolivarianos se derrumban. Ninguno aceptará que el pueblo les da la espalda, que basta de engaños en su nombre. En Latinoamérica despotrican contra EEUU, contra Europa, porque la culpa siempre es de los otros, pero no se dan cuenta de que aunque nacieron para ser felices pronto demostraron la incapacidad de venir al mundo por otro canal que no fuera la cesárea de la corrupción de sus enormes riquezas, del soborno, de la traición a sí mismos. Si se les ayudó, el perro mordió la mano mientras alumbraban títeres a los que les pusieron los cordeles otros angelitos, los rusos, los chinos. Entonces el pueblo huyó por millones, pero ese pequeño detalle no les dice nada. El pueblo mira a ambos lados sucesivamente como en un partido de tenis, esperando la siguiente bofetada de las dos partes, que les dicen que siempre les cae por su salvación. No hay futuro, les gusta elegir a un guatepeor para que les libre de su guatemala, pero no se dan cuenta de que los dos son malvados. No son capaces de crear un futuro propio, distinto, suyo, sin servidumbres, culpar al exterior proporciona más tranquilidad interior. No aprenden que a sus títeres es igual que los vistas de verde oliva, de chándal de colores o de traje de Versace, caerán enredados en sus cordeles mientras el pueblo siga mirando sucesivamente a ambos lados esperando la próxima bofetada sentado frente al eterno partido de tenis al que le invitaron como tancredos en el ruedo de su propio destino. El linimento son las consignas, mejor si riman, el ritmo adormece la conciencia del fracaso. Juan Guaidó: «Más que un libertador prefiero ser un servidor público». Chaval, has captado el sentido de la democracia. El pueblo no necesita líderes, que acaban siempre como caudillos y tiranos, necesita libertad individual, económica, respeto, no tipos endiosados en sus inmensos egos sino jefes-funcionarios grises con horario de 8 a 15 frente en un despacho, no carneros con cencerro marcando el paso a las ovejas y obligándolas a escuchar sus balidos. Las reservas de oro de los venezolanos están en el Banco de Inglaterra.

* Profesor

@ADiazVillasenor