Lo bueno del dogmatismo es que lo acepta todo. Todo, claro, lo que se justifique con el dogma. Más de 200 estudiantes independentistas agreden a empujones, entre insultos y gritos --y no meto ni un gramo de literatura-- a Cayetana Álvarez de Toledo y Manuel Valls, bloqueando por la fuerza la entrada al acto organizado en la Universidad Autónoma de Barcelona por la plataforma juvenil constitucionalista S’ha acabat. La cuadrilla concentrada increpa agresivamente a los populares y a los miembros de Ciudadanos, Sociedad Civil Catalana y otras organizaciones no independentistas, que se abren paso entre forcejeos, con una voluntad que tiene algo de supervivencia, para poder impartir una conferencia contra el populismo y el nacionalismo, que viene a ser lo mismo en todas sus vertientes y está allí delante en su versión joven, sí, y también altamente agresiva. Es interesante ver las grabaciones porque aquí las imágenes valen más que cualquier palabra y era real el ahogo entre cuerpos. Lo maravilloso del dogmatismo, lo alucinante de este populismo, lo descojonante de la manipulación, es que los fascistas son los otros. Aquí la gente se está mostrando muy moderadita en la condena, no vaya a ser que alguien nos confunda con los fachas del PP y Ciudadanos, pero lo cierto es que una candidata por un partido político ha sido agredida, estrangulada por esta marea de gente que la ha vapuleado, y aquí nadie dice ni mu. Y eso que encima era una mujer. Que podía haber ahí un machismo soterrado en la agresión: encima va a venir esta española a nuestra universidad, la pija ésta, vamos a echarla, pero qué se habrá creído esta tía. Tras superar el cerco y conseguir subir las escaleras, Cayetana y los suyos les han gritado una palabra: Libertad. «Fuera fascistas de la universidad», ha sido el lema de estos defensores de la democracia, de estos cachorros del procés. Así que no os preocupéis, iluminados. Siempre, hagáis lo que hagáis, los fascistas son los otros.

* Escritor