El Guadalquivir está exultante, tras conocer que sus aguas, un día, fueron surcadas por los Reyes Católicos. Los monarcas con su corte itinerante se encontraban en el palacio nazarí de la Alhambra de Granada rodeado de aquellos 140 naranjos que habían mandado comprar en la villa de Palma, del muy honrado señor don Luis Portocarrero. Recién estrenado el siglo XVI, corría el otoño del año de 1501, cuando sus majestades partieron hacia Écija y desde allí a Palma. Los días 11, 12 y 13 de diciembre permanecieron, posiblemente, en el palacio de Portocarrero, fueron de montería a Miravalles, dieron dinero para festejos de correr puercos y continuaron con los despachos reales, tal como demuestran los documentos firmados por la reina Isabel en Palma y que se conservan en el Archivo General de Simancas.

Eran sus últimos días por tierras cordobesas, la que tantas veces cruzaron para organizar la reconquista del reino nazarí o para reunirse con Cristóbal Colon y sufragar el viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo. Aquel 13 de diciembre, los Reyes Católicos decidieron ir a Sevilla tomando un barco en la villa de Palma. Para esta real travesía fluvial se compraron los servicios de dos barcas propiedad de Pedro de Unza, a quien le fueron retribuidos 5000 maravedís.

El cronista real Lorenzo Galíndez de Carvajal describió el recorrido de los monarcas en su Anales Breves del reinado de los Reyes Católicos señalando que desde Palma, por Lora y Cantillana, bajaron por el río Guadalquivir hasta Sevilla. El profesor de Historia del Arte de la universidad de Valladolid Rafael Domínguez Casas localizó los documentos que acreditan ese viaje, con los detalles de días, actividades, barcas, costes y otros detalles. Ciertamente un viaje real, que pone de relieve la historia de un río navegable desde la Antigüedad hasta la Edad Moderna. Seguiremos opinando que el Guadalquivir nos dará más emociones en el presente y el futuro. Cuidemos de sus aguas e historia.

* Historiador