Muere Olivia de Havilland con el último aliento del gran cine el los labios. Muere con el fantasma rubio de su hermana Joan Fontaine convertido en la sombra de un incendio invisible. Las dos hermanas dejaron de hablarse en 1975. Joan Fontaine murió en 2013 y su hermana Olivia de Havilland, Melita en Lo que el viento se llevó , estos días. Parece ser que todo se escenificó cuando Joan Fontaine ganó su único Oscar por su papel en Sospecha . Olivia de Havilland también había sido nominada por su papel en Si no amaneciera . Era 1941 y Olivia de Havilland ya había sido nominada por su interpretación de Melita, la prima de Scarlett que se casa con Ashley Wilkes, y lo ganaría doblemente por sus caracterizaciones en La vida íntima de Julia Norris y La heredera , con Montgomery Clift. O sea, el gran cine. Según las crónicas, cuando Olivia se acercó a felicitarla, antes de subir a por el Oscar, Joan Fontaine la rechazó. Yo sólo he sido de Joan Fontaine en Ivanhoe , con el gran Robert Taylor, aunque Elizabeth Taylor/Rebecca de York se la comía con los ojos verdes esmeralda y carnívoros, de una sensualidad que ponía en jaque a los dioses de unos y de otros. Algo parecido le ocurría a Joan con su hermana: siempre más carnal Olivia de Havilland, a pesar de su papel de hondura modosita en Lo que el viento se llevó . Pero más sensual siempre, como en La carga de la brigada ligera , sobre el poema de Tennyson, aunque no comprendías que no eligiera a Errol Flynn. Eso se corrigió en El capitán Blood , Dodge City, ciudad sin ley y, sobre todo, en Robin Hood , esa maravilla en la que las calzas verdes sientan bien a los hombres atléticos capaces de asaltar altas fortalezas por amor, conquistar la arboleda en el bosque de Sherwood y jugarse la vida por una flecha de oro.

Olivia de Havilland fue una mujer valiente que se rebeló contra un contrato injusto con la Warner, y al final ganó el juicio. Se recluyó en París, que es el lugar en el que las estrellas no amanecen.