En los últimos días tras conocer la nueva pérdida de una compañera de Atención Primaria por covid, y en medio de esta corriente de denostación sobre la asistencia sanitaria en los centros de salud, en numerosas ocasiones se me ha venido a la mente ‘¡Aún dicen que el pescado es caro!’ de Sorolla.

Este fatal desenlace ha coincidido con la noticia de la apertura presencial de los centros de Atención Primaria, generando más dolor, al ignorar la asistencia dada presencialmente a la población en los centros de salud o en sus domicilios. Esta desacertada opinion resulta de transmitir incorrectamente una información. Igual que en la RCP hay un ABCDE, en la información están las 5 W (What, Who,When, Where, Why), que corresponden a nuestro Qué, Quien, Cuándo, Dónde y lo más importante, Por qué. Y en tan elemental secuencia no se ha explicado lo suficientemente bien por qué y para qué de este cambio ocasionando impotencia e incomprensión.

Esta terrible pandemia ha hecho más evidentes las fortalezas y debilidades de nuestro Sistema Sanitario. La principal debilidad, la falta de provisión y planificación de recursos, sobre todo humanos, reclamados desde hace muchos años, y que ocasiona una ingente sobrecarga asistencial e insatisfacción a profesionales y usuarios.

La mayor fortaleza: la formación, tenacidad y compromiso de los profesionales sanitarios de todos los ámbitos y niveles, quienes soportan y mantienen al mismo, a un precio a veces muy alto. Ante esto, como ciudadano desearía que me informaran como una persona adulta e inteligente. Que pusieran en valor todo a lo que puedo acceder, empezando por informar del coste de cada acto, para poder reconocer el valor de todo lo que ofrece nuestro Sistema Sanitario: un sistema equitativo, accesible, universal y con una amplia cartera de servicios que los ciudadanos de muchos países desarrollados quisieran disfrutar. Que los recursos sanitarios, a diferencia de los números, son finitos y limitados. Que público significa que todos tenemos los mismos derechos pero las mismas obligaciones. Así contemplado le daría el valor que tiene y lo cuidaría como se merece. Como sanitario, desearía que escucharan nuestras propuestas de mejora, desde la visión que da estar en contacto directo con las deficiencias y necesidades que vemos en la consulta diaria. En este momento insisto en la necesidad de dar información adecuada en forma y contenido.

A lo largo de este ancho y duro año, hemos conocido mucho de este virus. Pero ¿realmente hemos aprendido? La vacunación ofrece un horizonte prometedor, pero con las tasas actuales todos seguimos en riesgo. No podemos tirar por tierra todo el esfuerzo, sacrificio, pérdidas, dolor, cierres de comercios, ... Y volver al punto de partida.

La mayor accesibilidad a los centros sanitarios no quiere decir que los ‘por qué’ y ‘para qué’ que motivaron este cambio de asistencia hayan desaparecido, sino que disponiendo de mayor conocimiento y recursos, debemos extremar las medidas de prevención cuando precisemos asistir presencialmente a estos centros al poder coincidir personas enfermas con personas vulnerables o sanas. Al igual que la población, tuvimos que incorporar bruscamente nuevos modelos asistenciales. Nuestra población, que bien nos conoce, sabe que en los centros sanitarios estamos los mismos profesionales de siempre, con el mismo compromiso e interés por el que elegimos la profesión más bonita del mundo. No todos piensan que el pescado es caro.

* Pediatra