El portavoz del PP en el Senado no dimite y se dice respaldado, pero, desde luego, difícilmente va a salir airoso de la situación que él mismo ha creado. Su mensaje a sus compañeros afirmando que el pacto con el PSOE les permitiría «controlar» la sala segunda del Supremo ha indignado a los jueces y llevado al magistrado Marchena a renunciar a la posibilidad de presidir el CGPJ.