U na de las maneras más curiosas de vivir es la de «vivir adrede». Y ese fue el titulo que escogió Mario Benedetti para uno de sus libros: Vivir adrede. El mismo autor nos lo explica con detalle: «De todos los tiempos, los viejos y los nuevos, quedan las virutas de la vida. A pesar de las tropas invasoras, de las religiones que bendicen las guerras, de los profesionales de la tortura, de los imperios del asco, de los amos del petróleo, del fanatismo con los misiles. A pesar de todo, van quedando las virutas de la vida. A ellas nos abrazamos y encomendamos, con ellas nutrimos nuestra endeble conciencia y alimentamos sueños y ensoñaciones». Para Benedetti, esas virutas de la vida son muy importantes. Y a eso dedica su libro, a fijarse en ellas, a escribir sobre ellas, a dejar su mirada y su reflexión. Casi siempre con un aire pesimista: «Todo es adrede, bien lo sabemos. Desde el maleficio de las drogas hasta el desmantelamiento de la juventud. Todo está destinado a que no creamos en nosotros mismos y menos aún en el prójimo indefenso». Desde los catorce años, Benedetti trabajó en una empresa de repuestos de automóviles, en la que hizo prácticamente de todo: fue vendedor, cajero, taquígrafo, contable, hasta que se trasladó a Buenos Aires, donde hizo también un poco de todo, pero especialmente descubrir su vocación de poeta. Volvió a Montevideo, donde consiguió una plaza de funcionario, integrándose después en la redacción del semanario Marcha, un importante foro de reflexión y análisis. Su primera novela, Quién de nosotros, pasará casi desapercibida entre el público, consagrándose después con La tregua, su última obra, la que supuso la consagración definitiva del escritor. Benedetti nos invita a contemplar la vida en sus entresijos, pero sobre todo nos ofrece una fórmula urgente en medio de tantos vaivenes: «El tiempo es como el viento, empuja y genera cambios. Para liberarnos de cautiverios, es imprescindible pensar y sentir hacia dentro, con una suerte de taladro llamado meditación». Anotemos el consejo del escritor en esta hora difícil y punzante para mentes y conciencias libres.

* Sacerdote y periodista