Somos unos de los numerosos bisnietos de Rafael Guerra Bejarano, Guerrita; nietos del único hijo varón de tan insigne matador; hijos de José Guerra Montilla, un apasionado del mundo del toreo. Nuestro padre cedió en depósito al Museo Municipal Taurino de Córdoba numerosos objetos, fotografías y efectos personales de Guerrita, de gran valor histórico y familiar, para que fueran expuestas al público en el citado Museo, como así fue. Nosotros, siguiendo los pasos de nuestro padre, también cedimos en depósito y con tal fin, especialmente con motivo del centenario de la alternativa de Guerrita, otros objetos particulares de nuestro bisabuelo. Todos ellos quedan perfectamente identificados tanto en el catálogo que se hizo expreso para tal evento promovido y patrocinado por el propio Ayuntamiento de Córdoba, como en el inventario municipal.

Tras la remodelación del Museo Taurino, cerrado más de una década, y su nueva apertura hace casi 3 años, comprobamos que todos nuestros bienes y efectos personales de Guerrita que en depósito cedimos no están expuestos, al igual que otros cedidos por otras ramas de la familia de Guerrita. Al no exponerse y no cumplir el fin para el que se depositaron, solicitamos al Ayuntamiento, hace ya 2 años, su entrega y devolución, sin que hasta la fecha nos hayan dado explicación alguna de nuestros bienes. Es inconcebible que nuestro gobierno municipal, abiertamente antitaurino, esté poniendo tantas trabas e impedimentos para la devolución de dichos bienes, máxime cuando ningún documento tiene el Ayuntamiento de Córdoba de que le fueran regalados, los haya comprado o adquirido de alguna forma.

Desde estas líneas exigimos, no solo como depositantes de esos efectos personales, sino como cordobeses, saber dónde están los fondos del Museo Taurino no expuestos, y en qué lugar y condiciones se encuentran. Es responsabilidad del gobierno municipal custodiar y conservar esos bienes, y también informar de su estado y situación como llevamos solicitando hace años. La actuación pública respecto de estos fondos, y de otros, que ayudan a dar conocimiento de nuestra ciudad, ha de preocuparnos como ciudadanos; así, pedimos también al resto de grupos políticos de nuestro Ayuntamiento, porque también es su función, aclarar la situación y estado de los fondos del Museo Taurino antes de su remodelación. Nuestro padre, junto con aficionados taurinos y gente relevante del mundo del toro, se volcó porque el Museo Taurino fuera reconocido no solo a nivel nacional sino internacional, no en vano iba a ser nombrado director de dicho museo semanas antes de su fallecimiento. Y quien lo conoció, sabe que no se merece ser tratado de esta forma y menos aún en la devolución de los bienes que él y nosotros cedimos en depósito por nuestra ciudad.

Hermanos Guerra Pérez-Barquero

Córdoba