En el mes de agosto, seco y caluroso, se nota ya cómo el año acorta sus jornadas. Octavo en el calendario gregoriano, debe su nombre al emperador Augusto, quien fijó sus días en 31, como hizo César con Julio; en el calendario romano era el sexto (Sextilis). En agosto el fruto está maduro y su sol cría aceite y mosto. La festividad de la Asunción de la Virgen, que parte el estío por la mitad, marcaba esa pausa propicia en la vieja sociedad agraria en la que las faenas eran dejadas momentáneamente a un lado para que los españoles celebraran fiestas y romerías en torno a esta advocación de origen pagano y que tan usual resulta no solo en España sino en toda la cuenca mediterránea. La tradición supo agrupar en ella rituales arcaicos posiblemente ligados a Demeter, diosa madre y protectora de las cosechas. Cuando la madre tierra ha ofrendado ya su fruto, es justo que el campesino exprese su gratitud mediante fiestas y celebraciones con las que culmina el proceso de la recolección.

En los primeros días del mes, cuando la bóveda celeste enluna las sandías de agosto, en torno a las festividades de Nuestra Señora de los Ángeles, santo Domingo de Guzmán y Nuestra Señora de las Nieves, son numerosas las fiestas y ferias reales que se celebran por toda España; son fechas en las que los mozos entran en labor y las jóvenes se afirman en su amor, tal y como recuerda la tradición secular. Hacia san Lorenzo, con un calor muy intenso, y en los días siguientes, son igualmente numerosas las fiestas, como las de La Rambla (Córdoba), una de las ferias más populosas de su Campiña, hasta llegar a la festividad de la Asunción, auténtico cenit del verano, cuando el mapa festivo se hace mucho más patente. Por la Virgen de Agosto ya pintan las uvas, que por san Judas habrán de recogerse. La Asunción, superpuesta a ritos paganos que se dejan sentir por su carácter primitivo en algunos lugares en los que la celebración ha llegado a constituir una de las fiestas marianas más notables, da origen a manifestaciones de lo más diverso. Particular atención nos merece el llamado Misterio de Elche, cuya representación data de la centuria del doscientos. Son igualmente numerosas las fiestas patronales de pueblos y ciudades, y variada la gama de procesiones, romerías a santuarios y demás festejos en los que proliferan no solo los toros de fuego y las corridas sino los más diversos actos y muestras de gastronomía. En la provincia cordobesa son significativas la romería de Votos y Promesas en Cabra, la feria real de Fernán Núñez, la de Villaviciosa y la de Zuheros.

El día 16, san Roque, también es muy celebrado en suelo peninsular, y en Córdoba en particular en Aguilar de la Frontera, Belalcázar, Benamejí, Bujalance, Dos Torres, Valenzuela y Villa del Río, al igual que el día de san Bartolomé, fecha en la que una buena otoñada debería ya comenzar. En Jerez de los Caballeros (Badajoz) lo más espectacular en ese día es la «salida del demonio», como ocurre también en Montoro, donde se suelta la «diablilla» para regocijo de los más pequeños. También hay fiestas en Añora, Palma del Río, Hinojosa del Duque y Luque, entre otras poblaciones de Córdoba. En Bernicarló (Castellón) ese día hay toros en el agua, líquido elemento que es protagonista en otros lugares, como en Checa (Guadalajara). En Sitges (Barcelona), donde es fiesta mayor en honor del santo, hay bailes tradicionales y un desfile con la fera o dragón. El día 25 es san Ginés, siendo en Albolote donde se saca en procesión al Cristo de la Salud; en La Granja (Segovia) tiene lugar la llamada romería del agua. Por san Agustín, en Hinojosa del Duque (Córdoba) hay feria y en Benia (Asturias) fiestas del Segador, en las que a los asistentes se les obsequia con la parva, es decir, con pan, queso y copa de anís; la romería con sus bailes tiene lugar en la «pradería de Coto». En Mora de Rubielos (Teruel) hay toros embolados, y fiestas de Moros y Cristianos en Ontinyent (Valencia), donde el primer día se dedica a la entrada de ambos ejércitos, el siguiente al simulacro de introducción del contrabando, enfrentamiento entre contendientes y bajada del Cristo, dedicándose los días sucesivos a la procesión, embajadas, combate final y al desfile de las comparsas participantes. El día 29, Degollación de san Juan Bautista o de san Juan Degollado, como se refieren a él en Ballobar (Huesca), la celebración al santo tiene raigambre. En el último día, festividad de san Ramón Nonato, hay fiestas en diversas poblaciones de España; entre ellas, en Alcampell (Huesca), El Arenal (Segovia), con sus danzas de paloteo, Baños (Cáceres), Geldo (Castellón), Corvera (Asturias), Higuera de Vargas (Badajoz), Boiro (La Coruña) y Ruesca (Zaragoza).

Un mes, pues, repleto de acontecimientos singulares y folklóricos en los que se refleja la peculiar idiosincrasia de los diferentes territorios de España.

* Catedrático