Dos penosos asaltos populares a las sedes de los Congresos en países tan distintos en tradición democrática. Con una diferencia de tiempo que es muy significativa para los que los que lo hemos vivido, pero insignificante con una perspectiva histórica amplia, es interesante analizar las connotaciones comunes de ambos hechos vergonzosos y deprimentes.

Las connotaciones comunes entre ambos asaltos. Como en muchos países tercermundistas son ataques a la democracia que debe sustentar las instituciones más significativas del país por ser los miembros de las mismas elegidos directamente por la ciudadanía. Ninguna de las dos sediciones ha logrado sus objetivos antidemocráticos. Se ha producido en fechas de cambios democráticos en los dos países previstos en sus respectivas leyes aprobadas democráticamente, tanto en España como en EEUU.

Pese a las apariencias, siempre han estado detrás políticos con ansias de poder y se ha usado la bandera del Estado como símbolo de la sedición.

Han supuesto una grave depresión y consternación para los ciudadanos demócratas de ambos países, que se quedaron atónitos en estos días aciagos de la historia de la humanidad.

Han usado la violencia física como ariete de ambos asaltos.

Han tenido como sueño anular la voluntad popular expresada en las urnas.

Las connotaciones diferenciales de ambos menosprecios a la voluntad popular pueden ser: el asalto del 23F en España se ha cerrado en la historia; en cambio, la conclusión del 6E en USA no está nada clara.

El origen es diferente. El de España fue militar (con políticos cobardes detrás de ellos) y el de USA ha sido civil usando partidarios violentos de Trump, que ha preparado y alentado el asalto al Capitolio de USA. Siempre han sido políticos cobardes los verdaderamente culpables que han utilizado a los militares o a las turbas como arietes.

El asalto violento a la democracia en USA tiene mucha más repercusión internacional que el 23F español.

Así pues, existen muchas connotaciones comunes y algunas diferenciales entre los hechos lamentables ocurridos en España y Estados Unidos que son de gran repercusión interna en los respectivos países. Pero su repercusión a nivel internacional es muy significativa. Si fallan los modelos democráticos más consolidados se da argumentos a los populistas que defienden que la democracia no sirve de nada porque ellos nunca ganarían las elecciones, solo buscan alternativas para llegar al poder sin pasar por las urnas.

Hoy, los partidos políticos españoles no comparan la sedición en España y Estados Unidos como en este artículo, sino que buscan sacar partido a comparaciones de lo ocurrido en USA con hechos recientes en España, como los dos asaltos al Parlament de Cataluña y la manifestación cercando al Congreso de los Diputados.

Estos partidos pretenden sacar rédito político en las comparaciones. Hay que tener presente que algunos diputados actuales estuvieron entre los asaltantes. Y ahora se rasgan las vestiduras por lo ocurrido en el Capitolio de Estados Unidos. Coherencia, por favor.