Leo en el CÓRDOBA la columna de Alberto Díaz--Villaseñor titulada Que vienen los facistas, y observo que el citado Sr. tiene más razón que un santo. Que yo sepa y tal y como dice, el partido Vox, hasta la presente, no ha realizado ningún acto que vaya en contra de la ley. Si bien todos hemos comprobado cómo se han reventado mitines de partidos como Ciudadanos, por parte de la extrema izquierda y de los independentistas. Tras el resultado de las elecciones Andaluzas, los primero que han dicho los perdedores de izquierdas (porque por mucho que Susana Díaz haya conseguido más escaños, sigue siendo una perdedora, junto con IU y Podemos), es «que hay que parar a la extrema derecha». Bueno la verdad señora, no sé como lo van conseguir usted y sus amigos de izquierdas. Si lo que pretenden es parar a la extrema derecha convocando manifestaciones en las calles, como ha promovido Pablo Iglesias, lo llevan ustedes claro.

Porque para empezar, Vox ha entrado en el Parlamento andaluz porque una buena parte del electorado así lo ha decidido, y ya que se les llena a ustedes la boca conque esto es una democracia y bla, bla, bla, lo primero que tienen que hacer es respetar a los votantes que han decidido prestar su voto a dicho partido (porque no olviden, que el voto se presta, no se da, que queden claritas las cosas). Así que les pregunto ¿de que hay miedo?

Y me gustaría que ustedes me aclarasen a qué le llaman ser fascista, a portar la bandera de España, a expresar que uno es patriota y no solamente cuando juega la Selección Española de Fútbol, a sentirse orgulloso de ser español, a respetar las ideas políticas de los demás aunque no coincidan con las tuyas, a respetar las ideas religiosas de quien no sea cristiano creyente, si eso entre otras muchas cosas, es ser fascista, pues qué quiere que les diga, que yo soy un fascista de los pies a la cabeza.