Una parte de la divisoria entre los términos municipales de Priego de Córdoba y Carcabuey viene marcada por la cuerda de las sierras de los Pollos y Gallinera, de tal modo que la cara norte de ambas sierras pertenece a Carcabuey y la sur corresponde a Priego. En el espacio que queda entre ambas sierras, el límite territorial dibuja un extraño pico para dejar dentro del término municipal de Priego una pequeña aldea conocida como Los Villares, situada en un enclave estratégico: un valle rodeado de las encrespadas sierras de Horconera, Gallinera y Los Pollos, drenado por el arroyo de Los Villares, y en cuyo entorno afloran numerosos manantiales de los que se abastecen algunas huertas.

Este diseminado ya aparece citado en la documentación del siglo XVIII, apreciándose con el paso de los años una concentración de viviendas en torno a la ermita de San Isidro, donde se custodia la imagen del patrón de los agricultores, en consonancia con la actividad básica de sus habitantes. En la Base de datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía se dice, al hablar de esta aldea, que en la misma colina donde se asienta la ermita de los Villares y en los llanos que la circundan por el Este y el Sur, entre los arroyos que rodean la elevación, se encuentra abundante material romano de construcción y cerámica que debe corresponderse con un pequeño asentamiento tipo vicus que pudo desarrollarse a partir de una villa.

La ermita, que guarda en su interior un retablo del siglo XVIII, muestra en su lateral tres ventanas bajo las cuáles se dispone una repisa corrida a modo de poyete, protegida por un porche con cuatro arcos. A un lado y otro, fuera ya del pórtico, un par de bancos adosados a la pared invitan a sentarse a contemplar el paisaje: detrás de las casas que hay al otro lado de la carretera, amarillea la franja de chopos del arroyo de los Villares. Al fondo, los olivos trepan hasta el encinar dispuesto a los pies de los farallones rocosos de la cara norte del pico Bermejo. Hacia la derecha recorta su silueta la misteriosa Sierra Gallinera, horadada de profundas simas asociadas a fabulosas leyendas. Justo delante de la ermita, la disposición y estructura de una gran explanada circular rodeada de algunos eucaliptos y acacias dejan entrever lo que en su día fuera una era empedrada.

En el censo de Priego figura que esta pequeña población de casas dispersas cuenta con tan sólo 68 habitantes. Sin embargo, la belleza del paisaje unido a su estratégica situación como punto de partida de algunas emblemáticas rutas de senderismo -como la subida al puerto del Cerezo o el GR-7- ha propiciado que en los últimos años hayan surgido algunas interesantes iniciativas de turismo rural y, por tanto, durante los fines de semana la población aumente sustancialmente. La Posada de la Niña Margarita, Casa Eufemia o Casa La Huerta son algunos de los alojamientos que se ofertan.

Proponemos un recorrido que conecta dos manantiales situados en los alrededores de los Villares y que nos permitirá apreciar la riqueza paisajística de este enclave. Partimos del carretera A-3227, de Carcabuey a Rute, habiendo dejado atrás el diseminado de Los Villares. Justo en el punto kilométrico 11 surge a la derecha un camino que se interna en un olivar. El camino va descendiendo hasta llegar a un cruce. Si nos desviamos por el camino de la izquierda, a menos de 100 metros daremos con la fuente de Aranda. Volvemos al cruce de caminos para proseguir por el que continúa de frente, y que desciende hasta el arroyo de los Villares.

Después de cruzar el arroyo continuamos por un camino con un cercado con postes de madera a nuestra izquierda. Finalmente, salimos a la carretera A-3227, enfrente de la ermita de los Villares. Continuamos por el camino que queda a la derecha de la ermita, al que se denomina camino de Campanillas, que se dirige a Carcabuey pasando antes por la fuente del mismo nombre.