El macizo de la Horconera constituye un importante refugio para las rapaces. Entre ellas destaca el águila real, dueña y señora de estos quebrados, en los que incansablemente busca su alimento. En uno de los cortados más escarpados nidifica todos los años una pareja de esta singular ave de presa, a la que suelen acompañar el halcón peregrino, el águila perdicera o el buitre leonado. Ya de menor envergadura se observan algunos paseriformes adaptados a este difícil medio, como el avión roquero, la chova piquirroja, el gorrión chillón, la collalba negra, el roquero solitario, el colirrojo tizón y, en época invernal, también el mirlo capiblanco y el acentor alpino.