El pinar de los Molares está surcado por una amplia red de caminos y senderos que permiten trazar numerosos itinerarios. Los límites del pinar vienen marcados por los ríos Salado y San Juan, que confluyen en su extremo norte, así que el mejor acceso lo tenemos desde el sur. Si venimos desde Priego por la carretera A-333, en dirección al puente de San Juan (en la carretera N-432), unos metros antes del kilómetro 2, veremos a la derecha un ensanche que se prolonga en un camino. Este carril cruza el barranco de Jumilla, y a un kilómetro veremos una bifurcación, donde atraviesa el «camino de la junta de los Ríos» o «camino de Zamoranos a Alcaudete».

Podemos proseguir por el ramal de la derecha para regresar por el de la izquierda trazando de este modo un bucle que nos permitirá conocer algunos de los enclaves más interesantes de este extenso pinar, como el barranco de la cueva de la Reina, en cuya cabecera, y ya fuera de los límites del pinar, está la fuente La Secreta, que, haciendo honor a su nombre, es bastante difícil de encontrar. Se localiza en una pequeña garganta excavada en un paquete de areniscas verdes y rojas triásicas, cerca del Cortijo de la Pulga.

La parte oriental del pinar ofrece buenas vistas del valle del río San Juan y del molino Angulo. En una de las lomas más altas de la zona, en el extremo norte, encontramos el cortijo de los Molares, cuyos derruidos muros son hoy un cercado ganadero. Al norte,a loma se prolonga en una cresta donde se entremezclan enormes bloques de arenisca de color rojizo con los pinos carrascos, dando lugar a un sugerente paisaje. En la prolongación de la loma hacia el sur encontramos algunos vestigios de la guerra civil.