CÓRDOBA / GRAN TEATRO / JUEVES 1 / 20.30 HORAS

Tener a Billy Cobham en Córdoba es todo un privilegio. Fue el ídolo de todos los baterías de aquella generación en que el jazz empezó a flirtear con el rock hasta encontrarse de lleno, materializándose en músicos como Billy Cobham y sus formaciones, como la Mahavishnu Orchestra de John John McLaughlin o Return to forever de Chick Corea, dos claros ejemplos. Eran tiempos pletóricos para la instrumentación y la exploración e innovación musical. De joven, el panameño William C. Cobham era como un poderoso dios de la batería, como un aplastante toro de los tambores. Hoy, a sus 73 años, aun su fuerza, junto a su concepto, sigue siendo una de sus principales bazas. Además, fue uno de los precursores de concebir un especial sentido simétrico en su técnica, abriendo sus breaks con ambos brazos desde dentro hacia fuera, y no en paralelo, como es habitual, consiguiendo así una sonoridad inusitada y muy colorista.

Cobham proviene de una familia de músicos, y tuvo la suerte de poder estar en el lugar apropiado en el momento justo. Su traslado a Nueva York fue determinante para convertirse en uno de los referentes de su instrumento durante el siglo XX que pudo relacionarse con los músicos más sobresalientes de la época, como Horace Silver, Stanley Turrentine o George Benson. Tiene más de 40 discos editados como solista, que se dice pronto, cientos de colaboraciones con nombres como Gil Evans, John Scofield, George Duke, Grover Washington, Roberta Flack, Peter Gabriel, James Brown o Quincy Jones, y una recordada y fructífera etapa junto a John McLaughlin y la Mahavishnu con cuatro joyas más en forma de disco.

Una vida consagrada a la música y a la percusión (sus ancestros construían instrumentos) que le ha llevado a mostrar su maestría también en clases magistrales por todo el mundo.

En los créditos de alguno de los discos dobles que registraron las gloriosas sesiones del Festival Internacional de Jazz de Montreux de aquellos gloriosos tiempos, le dedicaban a Billy Cobham unas líneas para contar la anécdota de que se presentaba con un gran camión junto al escenario, y al abrirlo aparecía clavada en una gran tarima la descomunal batería del astro. Después, bajo la mirada de los técnicos, la desplazaban sobre sus ruedas hasta el sitio indicado. La máquina estaba lista. En esta gira que llega a Córdoba, acompañan en el escenario a la batería de Billy Cobham la guitarra de David Dunsmuir, Camelia Ben Naceur y Steve Hanmilton en los teclados y el bajista Michael Mondesir.