Las paradas del portero al que renunció Zinedine Zidane en el mercado invernal, Kepa Arrizabalaga, permitieron puntuar trece años después al Athletic Club en el Santiago Bernabéu, por delante en el marcador hasta que un taconazo de Cristiano Ronaldo evitó la derrota madridista a tres minutos del final del partido.

La liga se ha convertido en una competición incómoda para el Real Madrid. Con todos sus sentidos en el reto mayor de conquistar tres Copas de Europa consecutivas (cuatro en cinco años), a su voluntad le faltó acierto rematador ante un inconmensurable Kepa. El portero del Athletic Club demostró a su rival que dejó escapar un guardameta para muchos años.

A estas alturas del curso, las ideas de Zinedine Zidane se plasman en sus equipos sin tener que poner vendas a heridas abiertas como la de Bale. El galés llegaba de descansar ante el Málaga, se le esperaba en el once y su suplencia habla por sí sola. La apuesta por Lucas Vázquez y Marco Asensio ya es la variante preferida cuando Isco se da un respiro.

La poca trascendencia del duelo invitó a un intercambio de golpes de inicio. Los de Ziganda manteniendo el orden y en pie siempre gracias a Kepa. El portero que estuvo a punto de ser madridista exhibió sus virtudes para dejar en el aire el debate sobre la decisión de Zidane, que lo frenó todo. Si el Real Madrid llegaba desde los costados buscando el remate de Cristiano, el Athletic comenzó respondiendo con ocasiones. La libertad de movimiento de Raúl García encontró espacios entre los centrocampistas y los centrales del Real Madrid. Su primer pase dejó en buena posición a San José que, con Williams solo para marcar, optó por el tiró raso y se topó con Keylor Navas. Los vascos lograron el gol pronto, pero Cristiano acabó empatando el partido.