Sobre la bocina y con un gran suspiro, seguido de un enorme grito de alegría dos minutos después. Los que transcurrieron desde el penalti transformado por Ortuño al pitido final. Así vivió la afición del Córdoba CF la victoria de su equipo en el debut en Segunda B. Se esperaban menos de los casi 9.000 espectadores que poblaron las gradas de El Arcángel, y que sufrieron de lo lindo en un partido que comenzó de la peor manera posible. Gol del Recreativo Granada a los 15 segundos y un «ea, otra vez».

Fresco, muy fresco está el recuerdo de la pasada temporada, con derrotas casi por decreto, una semana tras otra, y actuaciones que rozaron el bochorno. El descenso a Segunda B y la delicada situación extradeportiva explican que más de 300 seguidores blanquiverdes protestasen en la puerta 0 del estadio antes del partido. Con gritos de «tieso vete ya» pedían al presidente del club, Jesús León, al que llamaron «mentiroso y okupa», que abandone y se marche del Córdoba CF.

Pero comenzó el partido y el apoyo a los jugadores fue total, incluso, tras ese gol del filial nazarí nada más comenzar el partido. La nota un tanto graciosa la puso el respetable de El Arcángel cuando, mediada la primera mitad, algunos focos de la grada de preferencia se apagaron. «¡Tieso, tieso!», gritaban, con alguna que otra sonrisa en el rostro, por lo esperpéntico de la situación, varios miles de cordobesistas.

La primera ovación de la temporada se la llevó Javi Flores tras su gol, que puso el empate a uno. Capitán y cordobesista, vivió un recibimiento que difiere bastante del ambiente en torno a su figura que hubo en su primera etapa en el club. También le tocó sonreír a Ortuño con su gol de la victoria, celebrado con alegría y pasión en el fondo norte. De Owusu hubo bastantes comentarios referentes a su calidad técnica. Dejó que se le fuese la pelota dos veces por línea de banda.

Muchas caras nuevas, un juego más pobre del esperado y una victoria sobre la bocina. El cordobesismo durmió contento con la victoria y se llevó la primera alegría del verano, un periodo estival turbulento y con pocos motivos para la sonrisa. Hasta ayer.