El Córdoba CF sumó sus primeros tres puntos en su reestreno en Segunda B ante un Recreativo Granada que le hizo sufrir, demostrándole, también a los seguidores blanquiverdes que aún anden confiados, que esta temporada no será un paseo, ni mucho menos, y que aún queda mucho, muchísimo en todos los sentidos. De hecho, el Córdoba no pudo empezar peor el partido, perdiendo en el primer minuto, tuvo momentos de algo más de luz, que alternó con otros en los que se mostró casi a oscuras y terminó llevándose los tres puntos casi en la última jugada del encuentro, un penalti sobre Juanto Ortuño que él mismo se encargó de transformar.

A los 15 segundos de iniciar su andadura por Segunda B, el Córdoba ya perdía. El filial nazarí le dio la bienvenida a su nueva categoría, posiblemente, de la mejor manera posible. Aquello que dijo Javi Flores, ayer en estas páginas, se plasmó cuando algunos aún no se habían sentado. Pase al segundo palo de Mario para que Rubén Sánchez batiera a Isaac Becerra.

Acusó algo el gol el Córdoba durante unos minutos, aunque pocos. A partir del minuto diez, y a pesar de que el Recreativo Granada demostró verticalidad y velocidad, el conjunto blanquiverde fue adueñándose del partido progresivamente subido sobre dos nombres que han de ser capitales en esta campaña: Javi Flores y Miguel de las Cuevas. Si uno de los dos aparece, el Córdoba puede aspirar a desequilibrar cualquier choque. Si lo hacen los dos, el conjunto blanquiverde sí da empaque de equipo jerárquico. Ojo, si no lo hace ninguno de los dos, este Córdoba puede quedarse en una línea plana, de pocas ideas y de menos recursos, por lo que habría que trabajar en ese sendero, así como en los problemas que generan equipos que meten algún jugador entre líneas. Pero el Córdoba tuvo una buena fase desde ese minuto diez hasta casi el 40.

Tras volver a avisar Caio para los granadinos (min. 5), Juanto tuvo una buena opción tras un saque de esquina botado por De las Cuevas (min. 9). Una nueva llegada de los locales con un centro de Fernández que Juanto voleó por encima del travesaño dio paso al gol blanquiverde, casi calcado a esta última ocasión. Centro del lateral derecho blanquiverde, Javi Flores detiene con el pecho y cruza el balón a Unai. Los mejores minutos de los de Enrique Martín llegaron tras el gol del capitán cordobesista. Tras un jugadón de Mario que puso un nudo en la garganta, De las Cuevas botó una falta directa que obligó a lucirse a Unai (min. 28). Sebas Moyano también probo al arquero del filial nazarí poco después y hasta Jesús Álvaro hizo gritar a la grada con un centro que se envenenó y que a punto estuvo de alojarse en la meta rojiblanca. El Córdoba funcionó bastante bien teniendo en cuenta que era el primer partido de la temporada, los primeros 45 minutos, que fueron coronados con otro disparo de Javi Flores, que buscó la escuadra de Unai, sin éxito, y con una llegada de Sebas Moyano, al que le faltó picardía en el área.

Si en el primer acto al Córdoba le costó entrar, sobre todo por ese tempranero gol, en el segundo se vio que no tenía esa marcha adicional. De hecho, fue el filial nazarí el que metía miedo, a pesar de que nada más regresar de vestuarios, el colegiado señaló fuera de juego en un tanto de Juanto Ortuño. Es cierto que los granadinos no acumularon ocasiones clarísimas, salvo dos disparos de Rubén Sánchez (uno de ellos acabó en la red) que quedaron invalidados también por estar en fuera de juego. Quizás la única ocasión clara para los visitantes, en ese segundo acto, fue la de Viedma, en el minuto 61, cuando disparo de volea en el segundo palo y el bote en el suelo a punto estuvo de colarse por la escuadra. Pero la velocidad y verticalidad de algunos de sus elementos, que en el primer tiempo dieron más de un quebradero de cabeza (sobre todo Caio), terminó por desaparecer paulatinamente. El problema para el equipo de Enrique Martín es que tampoco le quedaba demasiado fuelle para intentar responder. El técnico blanquiverde intentó darle algo de aire al equipo con la entrada de Antonio Moyano (se marcó un tirazo desde la frontal al que respondió muy bien Unai), Raúl Cámara y Owusu, que debutaba con la camiseta blanquiverde.

Le resultó el plan solo a medias a Enrique Martín, ya que si bien la banda izquierda cordobesista logró taparse algo mejor, el centro del campo seguía siendo de los nazaríes. A pesar de todo, el Córdoba intentaba siempre robar en los costados o por dentro, aunque con poco éxito, salvo en los últimos instantes. La jugada terminó con un penalti sobre Juanto Ortuño cuando ya en la grada se veían caras de resignación por el empate. El delantero yeclano transformó la pena máxima con algo de suspense, ya que pareció tocar en la base del poste, incluso, provocando el lógico estallido de júbilo entre los aficionados, que vieron cómo este Córdoba nadó a contracorriente todo el encuentro.

Tanto, que dio la vuelta al dicho popular: el que mal empieza, bien acaba.