Más allá de las valoraciones realizadas en los últimos días desde estas mismas páginas, también durante la temporada se ha recalcado la mala suerte que tiene este Córdoba. La sufrió principalmente Curro Torres, que inició aquel camino de las remontadas sufridas por el conjunto blanquiverde así como las bajas por lesión, principalmente, y por sanción, y ahora parece que le ha tomado el relevo Rafa Navarro.

El de Ciudad Jardín no puede contar para el encuentro en Cádiz con José Ángel Carrillo -titular desde su llegada a El Arcángel-, con Blati Touré -con su selección- y tampoco con Chus Herrero. El central maño no pudo disputar la segunda parte contra el Sporting de Gijón y el club blanquiverde comunicó ayer que «sufre una rotura fibrilar grado I-II del músculo semitendinoso de la pierna izquierda», por lo que «su evolución marcará el regreso a la dinámica grupal», finalizaba el comunicado. La lesión de Chus Herrero le tendrá lejos de los terrenos de juego, al menos, tres semanas, por lo que Rafa Navarro puede olvidarse de él hasta mediados de abril.

Un mes en el que tendrá que tirar de Miguel Flaño y de Luis Muñoz, ya que el rendimiento de Álex Quintanilla, práctticamente durante toda la temporada, ha sido entre flojo y malo. De ahí que Navarro deba cruzar los dedos para que el malagueño y el navarro mantengan el tipo durante un mes. Pero además, le rompe con la idea iniciada la semana pasada ante el Sporting en lo que a los nombres por dentro. Todo hacía indicar que el planteamiento del técnico blanquiverde sería un centro de la defensa con Chus Herrero y Flaño, mantener a Luis Muñoz como mediocentro y colocarlo como pareja de Yann Bodiger, que regresa en el Ramón de Carranza tras cumplir el partido de sanción correspondiente por su expulsión en Almendralejo. Navarro pretende de esa manera ganar músculo por dentro y situar por delante de Muñoz y Bodiger a un hombre algo más dinámico como Blati Touré. Es una idea que le ronda la cabeza desde hace semanas, pero que aún no ha podido ponerla en práctica. Y, desde luego, no podrá hacerlo en bastantes semanas, ya que mantener a Quintanilla en el equipo, tras sus últimas actuaciones, significa aumentar el riesgo exponencialmente.

Un problema que parece menor es el de la baja de Carrillo, que anotó ante los asturianos, pero que la imposibilidad de jugar contra el Cádiz no solo le dio la opción de concentrarse con su selección, Filipinas, sino que también otorga una oportunidad a Federico Piovaccari, quien en los últimos encuentros ha mostrado gestos de desacuerdo, indicando que quiere tener mayor protagonismo. En Cádiz lo tendrá y deberá justificar esos gestos.

En cualquier caso, uno de los grandes problemas de este Córdoba está en la capacidad física, ya que en no pocos encuentros, los rivales han mostrado mayor intensidad que los blanquiverdes. No ha sido un caso puntual, sobre todo en las últimas semanas la diferencia de kilómetros recorridos (también en carreras de alta intensidad) ha sido abismal entre el rival de turno y el conjunto blanquiverde. Y en Segunda, si no se compite y se mete intensidad no solo es imposible ganar, sino que cualquier equipo de ese perfil está condenado a ser remontado en el marcador sistemáticamente, tal y como le ocurre a este Córdoba.

Tanto es así, que el propio José Mari, centrocampista del próximo rival blanquiverde, el Cádiz, no dudó ayer en mostrar prudencia sobre las posibilidades de los amarillos de disputar las eliminatorias de ascenso y ensalzar la permanencia en Segunda División una temporada más, ya que, según él, hay que dar «valor» a lo que llevan «logrando tres años seguidos».

Una permanencia que pende de un finísimo hilo para los blanquiverdes y que la gran mayoría de la afición ya ha dado por perdida. El discurso dentro del club parece algo diferente y también lógico: competir hasta el final y mientras haya opciones matemáticas, más allá de lo que ha transmitido el equipo durante toda la temporada.

Para buscar esa improbable reacción, Navarro tendrá que improvisar un nuevo plan. Deberá mantener en los laterales a Menéndez y Fernández -el cordobés fue de los mejores y parece recuperar el tono perdido-, mientras que en el centro de la zaga Luis Muñoz y Flaño son indiscutibles ante la baja de Chus Herrero y las actuaciones de Álex Quintanilla. Bodiger, Andrés Martín y Piovaccari parecen fijos, mientras que el técnico blanquiverde deberá buscar acompañamiento al francés -probablemente Álvaro Aguado- y deberá dirimir qué hacer con Miguel de las Cuevas y Jaime Romero. Si traslada al alicantino a la banda, el manchego iniciará el partido de Cádiz en el banquillo. Pero si mantiene al manchego podría buscar una alternativa al máximo goleador del equipo esta temporada intentando encontrar algo más de trabajo sin balón, otro de los grandes lunares de este Córdoba en la actual temporada.

En cualquier caso, Rafa Navarro está sufriendo el mismo mal que Curro Torres: las lesiones le están impidiendo plantear o dar continuidad a algún plan para mejorar al equipo.