Una mujer multifacética, que duda, que se da cuenta de que está llevando su vida demasiado lejos, que juega con fuego y provoca al destino, que tiene una relación muy presente con la muerte y sabe hacia dónde está yendo, asumiéndolo y mirando de frente, es la Carmen que propone el bailarín y coreógrafo Víctor Ullate, que presenta en el Gran Teatro, mañana y el sábado, su última creación, una producción en la que revisa este mito y con la que el Gran Teatro reabrirá sus puertas después de ocho meses cerrado por obras de accesibilidad. La compañía contará con la Orquesta de Córdoba, bajo la batuta de Manuel Coves, y serán los bailarines Lucía Lacarra y Josué Ullate los que den vida, mañana, a los protagonistas de esta historia, a la que Ullate aporta una nueva mirada más contemporánea, rompedora y vanguardista, y una visión actualizada del mito de la mujer fatal.

Un siglo después de su estreno, esta nueva propuesta se aleja de los tópicos y lugares comunes, para adentrarse en la esencia de la historia y arrojar nueva luz sobre este popular personaje, según señaló el propio Ullate ayer en el Gran Teatro, donde presentó este montaje en compañía de Lacarra, el maestro Coves y Eduardo Lao, además del delegado municipal de Cultura, David Luque. Durante su intervención, el coreógrafo consideró «un lujo» reabrir el teatro, «que me trae muchos buenos recuerdos, además de que venir a Córdoba es como sueño».

«Creo que este montaje es mi última creación», prosiguió el coreógrafo, que confesó que «se me ocurrió hacer una Carmen deshinibido de todo, sobre todo, del qué dirán, y que fuera muy diferente a las demás», por lo que ha creado «una Carmen del siglo XXI, muy transgresora, una mujer libre que de día es una modelo de alto standing y por la noche se libera de todo prejuicio», cambiando el clásico escenario de la Tabacalera sevillana por un burdel. Por otro lado, en esta revisión «la presencia de la muerte está desde el principio, porque ella arriesgaba siempre su vida» y, sobre todo, «he dado mucha importancia al rol de don José», que el sábado será interpretado por Cristian Oliveri, junto a Martina Giufrida, que dará vida a Carmen. El montaje cuenta con la proyección de vídeos, creados por Eduardo Lao, que muestran un desfile de modelos realizado en el Palacio de Longoria, sede de la SGAE, y que forma parte de la narrativa de la obra.

LA ÚLTIMA JOYA // Por su parte, Lacarra, que se estrena con esta gira como directora artística de la compañía, señaló que «para mí es un placer enorme encontrarme en Córdoba, en este teatro», reconociendo que «esta compañía es mi cuna, donde nací, crecí y me hice bailarina profesional» porque «Ullate es mi padre artístico, y asumir el rol de guardiana de su legado es muy importante para mí, ya que es algo que todo el mundo tiene el derecho de conocer».

«Solo necesité cinco minutos para aceptar este papel», prosiguió la bailarina, que subrayó que «es la última joya que Víctor ha creado», aunque «siempre insistiré en que vuelva cuando haya descansado». Para la artista, esta Carmen ha sido «un regalo como bailarina» porque Ullate ha creado a «un personaje con muchos matices», lo que para una artista «es un lujo». Por último, Lacarra valoró muy positivamente la presencia de la Orquesta de Córdoba, «cuya música te aporta energía y te transporta aún más lejos».

LA ORQUESTA // Para Manuel Coves, su presencia en Córdoba es «muy especial» porque en esta ciudad pasó su adolescencia y cursó sus estudios de música, además de ser el Gran Teatro el primero que pisó, «tanto como público como profesional». Así, encontrarse con antiguos compañeros «ha sido todo un placer», continuó Coves, que subrayó que «la calidad de los bailarines de la compañía de Ullate es otra historia», por lo que «me siento muy orgulloso de pertenecer a esta familia y compartir la música y la danza en una obra como Carmen, que es diferente y de la que se disfruta desde el minuto uno».

En este sentido, Ullate alabó la «sincronización» de la música con la proyección del vídeo y los bailarines. En cuanto a la orquesta, Coves comentó que «siento que hay un cambio de aires, y auguro un buen futuro para ella por sus buenos profesionales».

Por último, Eduardo Lao animó al publico a ver esta Carmen, que va en la línea de trabajo de Ullate, insistiendo en que es «muy diferente en todo, y el resultado es un trabajo de equipo donde cada grano es importante, por lo que no defraudará al público», ya que «no es solo un ballet, sino un gran espectáculo». En cuanto a la escenografía, Lao aseguró que es «muy sencilla» y se desarrolla a base de paneles blancos y transparentes sobre los que se proyecta el juego de luces, resaltando así la dramaturgia, la danza y el singular vestuario.