El bailarín y coreógrafo Víctor Ullate (Zaragoza, 1947) deja definitivamente la danza después de «toda una vida» dedicado a ella. Se ha ido en el teatro romano de Mérida, con Antígona y con la duda de qué ocurrirá con su compañía tras 30 años de una exitosa carrera. «Ahora sí, lo dejo y lo hago» de la mejor forma posible, dijo Ullate en Mérida el pasado miércoles, donde estrenó como coreógrafo una de las mayores tragedias de Sófocles. «Qué más puedo pedir cuando lo hago, además, en este teatro», dijo Ullate, quien hace algo más de un mes sufrió «un fuerte infarto» que casi le impide terminar de coordinar este trabajo, su último como coreógrafo.

Feliz, muy feliz, con esta obra, «difícil donde las haya», pero preocupado por el futuro de su compañía dados los problemas económicos que ha presentado en el último año. «No puedo seguir en estas condiciones, con tantos problemas económicos cada mes... », reconoció el bailarín, quien agradece el apoyo económico que ha tenido desde la Comunidad de Madrid.