El género del spanish western se hizo un hueco en el Festival de Málaga ayer, última jornada de presentación de las películas en competición, con Sordo, dirigida por Alfonso Cortés-Cavanillas y protagonizada por Asier Etxeandia, Imanol Arias, Hugo Silva y Marian Alvarez, entre otros. En 1944, un grupo de maquis prepara un sabotaje, pero una explosión accidental deja sordo a uno de ellos, Anselmo Rojas, que huye y será perseguido por el Ejército. Cortés-Cavanillas compró en el 2010 el cómic homónimo de David Muñoz y Rayco Pulido en el que se ha basado, y ya entonces vio que tenía que hacer esta película, que ha conseguido levantar «sin apoyo de ninguna televisión ni plataforma».

«En el cómic ya estaba el western claramente, nos daba la oportunidad, todo ha ido de la mano y no hacía falta forzar nada», afirmó el director. El resultado es «una historia de personajes y de incomunicación», algo que le parece «muy actual», porque el protagonista «no tiene la capacidad de escuchar y sus miedos empiezan a salir, y con su no entender a los demás acaba convirtiendo a los amigos en enemigos». Ese protagonista es Asier Etxeandia, quien ya durante el rodaje sentía que estaba «haciendo algo muy especial» al interpretar por primera vez en su carrera un personaje que «requería tanto» de él.

Por su parte, Imanol Arias nació en una zona en la que siempre se han conocido historias de maquis, y considera que había «una necesidad literaria e histórica de reconocimiento y de reconciliación». «Hay sordos que no oyen porque están enfermos y sordos que no quieren oír, y cuando no oyes a tu enemigo no te puedes defender de él ni puedes negociar», resaltó Arias, que cree que su personaje «está harto de la guerra, pero ha salido indemne de ella», y «él puede oír, pero sus jefes no quieren».

Por otro lado, el cine brasileño, a través de un director consagrado como Carlos Cacá Diegues, se ha asomó ayer a la sección oficial del festival con El gran circo místico, una alegoría de la decadencia y la autodestrucción. Ese circo inaugurado en 1910 pasa, con el sempiterno maestro de ceremonias Celavi, por diferentes etapas durante más de cien años, desde el apogeo a la decadencia, marcadas por las aventuras y los amores de la familia Kieps, en una película en la que se unen realidad y fantasía. Diegues, que no pudo acudir a Málaga, empezó a soñar con esta historia hace quince años, desveló Luis Galvao Telles, uno de los productores de esta coproducción con participación de Brasil, Portugal y Francia.