La Delegación de Cultura acogió ayer la presentación de Barroco , la última obra del poeta pontanés José Luis Rey, en un acto que fue introducido por el también escritor cordobés Joaquín Pérez Azaústre. El libro, ganador del Premio internacional de poesía Fundación Loewe, uno de los más prestigiosos en la actualidad, ha sido publicado recientemente por la editorial Visor y, según explicó su autor, "parte de lo cotidiano y lo humilde e intenta elevarse".

José Luis Rey, doctor en Literatura Contemporánea por la Universidad de Córdoba, profesor y traductor, afirmó que la ciudad es "quizá la más importante" del movimiento de poetas jóvenes que existe en España, en el que ha logrado situarse "a la vanguardia". De este modo, el escritor señaló también que "estoy contento con mi generación, porque es fuerte y publica desde hace años en las editoriales nacionales" y apuntó que estos escritores "hemos tenido suerte", ya que ahora "hay más atención a la cultura" que en épocas anteriores.

El poeta destacó que el título de su libro hace referencia a "la vida como escritura barroca y exaltada del mundo". En esta línea, José Luis Rey aseguró que con su anterior libro, La familia nórdica , conquistó su voz propia y, de hecho, con este trabajo recibió el galardón Jaime Gil de Biedma en el año 2006. La evolución lograda con esta y su última obra ha hecho que el escritor defina su momento actual como una entrada a la madurez, que es "cuando se escribe la poesía más personal y más fuerte".

El también ensayista señaló que todos los poetas cordobeses deben a Pablo García Baena, uno de los impulsores del Grupo Cántico, "su excelencia estética". En referencia a la difusión de este escritor de la Posguerra en los centros de enseñanza, el profesor afirmó que los jóvenes ya le conocen, pero "hoy es difícil hacer llegar las humanidades". Rey aseveró que cuando este conjunto de disciplinas estén "bien contempladas" en los planes de estudio, el poeta octogenario será "un referente histórico", porque renovó el esteticismo de la poesía española en los años 50 y 60.