El cantante y compositor Kiko Veneno ha hecho un alegato en favor del valor comercial de la música, y ha declarado que para ser anticapitalista en la actualidad hay que ser un poco «imbécil».

«El dinero es una de las cosas más bonitas y sagradas que existen», dijo en el encuentro Tres generaciones de música pop española, de los cursos de verano que se imparten en la Universidad de Málaga, informa Efe.

El músico, nacido en Figueras (Gerona) pero instalado desde muy joven en Andalucía, revolucionó en 1977 el panorama nacional con el álbum Veneno, junto a los hermanos Amador, y como creador fue el autor de Volando Voy, popularizada por Camarón de la Isla. Prepara un disco con el cantautor uruguayo Martín Buscaglia, con el que ya trabajó en El Pimiento Indomable, un nuevo proyecto rico en sonoridad y en el que pretende fusionar ritmos con la intención de que la música popular «gane la batalla a la vulgaridad».

A diferencia de otros autores, Kiko Veneno asegura carecer de la faceta culta y contar sólo con la popular y su propósito es hacer canciones «sencillas» y valorar la complejidad de la vida mediante fórmulas accesibles: «Hay que priorizar la calidad sobre la cantidad de las palabras a través de mensajes menos formales y rutinarios». También reivindica la música «alegre y participativa, que hace bailar y convierte la vida en más festiva», como uno de los aspectos que más le interesan de su trabajo.

El artista, cuyos referentes son Jimi Hendrix, John Lennon y Bob Marley en el campo internacional, y Los Brincos, Paco Ibáñez y Camarón en España, explicó que antes pensaba que lo que tenía más mensaje era la letra, pero ahora cree que la música la supera, porque es más «abstracta».

El compositor destacó el papel de conjuntos como Lole y Manuel y Smash, del cantautor Pau Riba y del cine de Carlos Saura como la «verdadera» transición que se hizo en España, en una época dominada por el miedo al ruido de sables, lo que, en su opinión, fue un «gran fraude» y una «gran trampa».