La imagen de un niño manejando un móvil o una tablet con soltura ha dejado de ser extraña. En el iPad de papá o mamá -eso, el que no tiene su propio dispositivo-, el menor tiende a fijar la vista o deslizar el dedo hacia un icono rojo con el símbolo del play. Allí, en Youtube, el niño puede navegar por canales dedicados a los videojuegos, maquillaje o cocina pensados o no para ellos. En medio de todo esto, la música ha encontrado en esta plataforma audiovisual un sitio más para su consumo. También con los más pequeños.

Youtube ha impulsado las carreras de muchos nuevos artistas e, incluso, ha potenciado géneros musicales en los que la estética juega un papel importante a la hora de atrapar al consumidor. Sobre todo se reconoce en los ritmos urbanos que, dirigidos a un público joven, han encontrado en la plataforma el lugar perfecto para su crecimiento. Pero más allá de todos estos nuevos sonidos, en el lado opuesto se hallan los grupos de música infantil, que suman millones de reproducciones de sus videoclips con canciones dirigidas a bebés y niños menores de 9 años. Las cifras de visualizaciones de los grupos infantiles más relevantes en Youtube superan a las de los artistas con más presencia en el panorama musical actual. Ejemplos de esto son Cantajuego, Dàmaris Gelabert y Mainasons, casos de éxito incontestable. Dàmaris Gelabert acumula más de 60 millones de visualizaciones, y Mainasons, más de 20. Txarango, por ejemplo, lleva 36 millones de reproducciones en la plataforma. Pero el fenómeno infantil es Cantajuego. El grupo, que lleva una década sobre los escenarios, suma más de 1.800 millones de visualizaciones de sus vídeos musicales en Youtube desde el 2011. Para contextualizar: con más tiempo en la plataforma, David Bisbal acumula 580 millones de reproducciones y Alejandro Sanz, 560 millones. Sí que les iguala, aunque con más tiempo de vida en Youtube, Pablo Alborán.

PUNTO DE INFLEXIÓN

Dàmaris Gelabert lleva dos décadas haciendo discos de canciones infantiles. Durante muchos años, esta pedagoga y terapeuta catalana dedicaba la mayor parte de su tiempo a trabajar con niños, siempre con la música como herramienta. «Las canciones nos vinculan con el mundo de las emociones, son un refuerzo positivo muy importante a nivel afectivo para los pequeños», explica. Hace cuatro años decidió «ponerle cara» a sus temas grabando videoclips. «Sabía que sonaba mucho en las escuelas, pero no había encontrado nunca el camino de la música», expone. Una vez grabados los vídeos, en Youtube encontró el sitio ideal para llegar «a las casas y las familias». La cantautora tiene claro que su éxito en la plataforma le permitió encontrar el camino y dedicarse plenamente a la música infantil. «Me ha cambiado la vida, ahora hago vida de cantante».

Algo parecido le ha sucedido al proyecto Cantajuego, que arrasa en Youtube. Y no solo en España, sino que la plataforma les ha abierto las puertas del mercado sudamericano. «El fenómeno en Youtube ha hecho que estemos valorando ir de gira por allí», cuenta Puli Díaz, uno de los integrantes del grupo. La popularidad de Cantajuego les llevó incluso a tener su propio espacio de televisión en el canal infantil Disney Channel.

Tanto Dàmaris Gelabert como Cantajuego ofrecen al público infantil un repertorio propio, con canciones con un marcado acento educativo y pedagógico.

El grupo de La Garriga Mainasons empezó en el 2012. Lo hizo de una manera distinta a las dos formaciones citadas antes, versionando canciones populares.

BÁLSAMO FAMILIAR

Cantajuego, Dàmaris Gelabert y Mainasons coinciden en señalar la importancia de gustar también a los padres. «Cuando a los niños les gusta algo pueden llegar a ser muy pesados», comenta Gelabert. Cuentan que sus canciones suenan en las escuelas, coches y casas. Y pueden ser un bálsamo para los padres. «Nos dicen: ‘Desde que os hemos descubierto, nuestra hija cena bien’», explican. Este éxito entre los más pequeños hace que llenen teatros y auditorios de familias enteras.