Si uno tiene que viajar al pasado, a esa etapa gloriosa de la juventud, de flirteos y noches interminables, mejor que de fondo suenen Los Secretos. Nada como los temas de esta banda madrileña para transportar a toda una generación, la que fue joven en los 80 y los 90, a ese Bulevar de esos sueños rotos, y hacerlos tararear a todos juntos aquello de Quiero beber hasta perder el control, Pero a tu lado o Déjame. ¿Quién puede permanecer callado mientras suenan esas letras, convertidas en himnos a base de sonar una y mil veces?

Álvaro Urquijo y los suyos (Ramón Arroyo a la guitarra, Jesús Redondo al teclado, Juanjo Ramón en el bajo y Santi Fernández en la batería) sonaron acompañados por la Orquesta de Córdoba, todo un lujo sinfónico que aportó un punto extra de calidad a los temas de Los Secretos, que dedicaron el concierto a Quique Urquijo. En tan buena compañía, si no amanece, pues que no amanezca.