Las exposiciones y los eventos culturales programados en Sevilla en el Año Murillo, que conmemora el cuatrocientos aniversario del nacimiento de este pintor, ya han superado el millón de visitas. El responsable de Cultura del Ayuntamiento sevillano, Antonio Muñoz, confía en que esta cifra aumente en otoño, cuando la capital andaluza acogerá las dos últimas muestras programadas para esta efeméride: una antológica de Murillo y otra gran muestra de artistas contemporáneos influidos por el maestro sevillano, que se repartirá en cuatro espacios culturales sevillanos.

El éxito de las exposiciones ya inauguradas se evidencia en que dos de ellas, la del Museo de Bellas Artes y la del espacio cultural Santa Clara, han batido su récords históricos de visitas, con 360.000 y 67.000 visitantes, respectivamente, explicó ayer Antonio Muñoz a los periodistas.

Otro hito del Año Murillo son los 21 itinerarios que muestran al visitante obras emblemáticas de este pintor en otros tantos edificios históricos de Sevilla para los que fueron pintadas, desde los muy conocidos, como la Catedral, el Archivo de Indias o el Palacio Arzobispal, a otros menos visitados, como la iglesia de Santa María la Blanca, el Hospital de Venerables o el de la Caridad, «verdaderas joyas el barroco europeo», según el catedrático de Historia del Arte y uno de los mayores expertos en Murillo, Enrique Valdivieso. Este especialista en la Escuela Sevillana y artífice de estos itinerarios, ha impulsado la colocación de copias de gran calidad de obras emblemáticas de Murillo en los lugares exactos para los que fueron pintados y de los que fueron expoliadas por el mariscal francés Soult durante la invasión napoleónica. Valdivieso lleva años denunciando este «brutal expolio», que no fue botín de guerra pues se perpetró por las tropas napoleónicas cuando Sevilla se había rendido sin oponer resistencia, y que permitió a Soult hacerse «con unos sesenta de los mejores murillos», muchos de ellos vendidos y repartidos por las mejores pinacotecas del mundo.

Para Valdivieso, es penoso que el Museo del Prado no haya cedido, aunque fuese provisionalmente, la espectacular Inmaculada de los Venerables, pintada para este antiguo hospicio de clérigos, hoy sede de la Fundación Focus de Abengoa, que ha restaurado el altar y el marco originales de esta obra, y ha comprado el San Pedro en lágrimas, otro emblemático murillo pintado para este edificio, tras una importante inversión en el mercado internacional de arte.

Valdivieso valoró que el Año Murillo «ha servido para desmitificar la figura cursi y populachera» que se había promovido de este pintor, rebajado «en estampitas de inmaculadas», cuando ha sido «uno de los mejores pintores de Europa».

Muñoz, por su parte, consideró que «el Año Murillo va a marcar un antes y un después en el panorama cultural de Sevilla. Es gratificante ver colas no solo en la Giralda o en la Catedral, sino también en las exposiciones de Murillo», aseguró.