El cineasta santanderino Mario Camus iniciará el próximo mes de octubre el rodaje de El prado de las estrellas , una metáfora sobre "recuerdos de la infancia" que entrelaza dos historias paralelas sobre "gente normal" que vive en un pueblo cántabro.

"Todo es infancia en el fondo", porque de esa etapa "sale toda la creatividad", ya el resto de la vida "es expresarse, defenderse y sobrevivir", aseguró Camus, en la rueda de prensa de presentación del proyecto cinematográfico, que tendrá tres meses de rodaje, tres millones de presupuesto y que se presentará en Cantabria en mayo de 2007.

La Consejería de Cultura, a través de la Sociedad Regional de Turismo y la Sociedad del Palacio de Festivales, colabora con 278.400 euros en la cinta, producida por Cre-Acción Films, y que se rodará en parajes del valle de Cabuérniga, Valderredible, Comillas y Santander.

El director de Los Santos Inocentes declaró sentirse "encantado" de que los exteriores se rueden en Cantabria, tratándose del primer proyecto en que trabaja "codo con codo con mi comunidad autónoma y sus dirigentes". Entre eso, y que los productores "también son de la región, parece que estamos en una romería", bromeó el autor, Premio Nacional de Cinematografía de 1985.

Respecto a la elección de rodar en Cantabria su nueva película, Camus afirmó sentirse más cómodo situando a sus personajes en el lugar donde tiene su "arraigo" personal, con lo que "lo normal es que hable del Racing, no del Recreativo de Huelva".

"A la hora de contar cosas creíbles y emocionantes --añadió Camus-- yo siempre prefiero a esta tierra y a la gente de esta tierra porque los conozco", porque "son mis padres, mis abuelos, mis tíos..." y "es más fácil de hacer".

Mario Camus es reacio a desgranar la trama de su película, porque "las historias, si se cuentan, pierden todo tipo de sugestión" y "a la hora de explicarlas", siempre "salen un poco mal paradas", si bien avanzó que los protagonistas serán ´Alfonso´, al que dará vida Alvaro de Luna, y su relación con una anciana que le cuidó de pequeño y que ahora está recluida en un asilo. La mujer es propietaria de un prado, sobre el que uno de sus hijos tiene pretensiones de levantar una urbanización.

Por otro lado, se contará la historia de una joven asistente social del mismo pueblo.