El bestiario de las catedrales es el título del nuevo libro que acaba de publicar la editorial Almuzara, una obra de Mario Agudo Villanueva en la que analiza, estudia y desentraña el significado de las gárgolas, los controvertidos motivos escultóricos que tanta fascinación e intimidación generan.Un hecho que lo corrobora el incendio de la catedral de Notre Dame, que ha traído a la actualidad una ingente cantidad de leyendas sobre el supuesto poder protector de las gárgolas.

Y es que se ha llegado a escribir que la catástrofe se debió a que estas amenazantes esculturas fueron retiradas para su restauración días antes del fatal desenlace, razón por la que la catedral habría quedado desprovista de sus centenarios centinelas. «Nada más lejos de la realidad», asevera el ensayista, ya que buena parte de las gárgolas del templo parisino fueron obra de Viollet le Duc, fruto de

un proyecto iniciado en 1845, pocos años después de que Víctor Hugo publicara Nuestra Señora de París, novela en la que narraba las desdichadas peripecias de una bailarina gitana, Esmeralda, y un jorobado, Quasimodo, encargado de las campanas del templo.

«Las gárgolas son, en realidad, imágenes monstruosas que servían para decorar los canalones de desagüe de las techumbres de las catedrales. Su fuente de inspiración era, en general, el mundo del mito, de ahí que se encuentren de forma frecuente grifos, quimeras y otra serie de criaturas de tradición clásica», que aportan un significado simbólico cuyo sentido se desvela en este libro. «Estas peculiares e imaginativas formas nacían por combinación de partes de animales diferentes, creando estampas, en ocasiones atroces», afirma Mario Agudo.

Esta obra es una guía sobre todo ese bestiario a través de un proceso de deconstrucción de su significado que, en ocasiones, se remonta al pasado más arcaico. Un viaje literario a través del arte, de los mitos, leyendas y tradiciones populares en cuyos contenidos se encuentra buena parte de las principales preocupaciones existenciales.