La poeta alicantina Francisca Aguirre ha sido galardonada con el Premio Nacional de las Letras 2018, según el fallo del jurado hecho público ayer, que ha destacado cómo su poesía, la «más machadiana» de la generación de los 50, está situada entre la conciencia y la memoria. El premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está dotado con 40.000 euros y distingue el conjunto de la labor literaria, en cualquiera de las lenguas españolas, de un autor español, cuya obra esté considerada como parte integrante del conjunto de la literatura española actual.

A Aguirre le ha enorgullecido la consideración del jurado porque Antonio Machado es para ella «el primero entre los dioses literarios», según explicó después de que le hayan comunicado el galardón, que le llega siete años después de obtener el Premio Nacional de Poesía. Porque Francisca Aguirre (Alicante, 1930) sigue leyendo a Machado cada vez que se siente «nerviosa por algo»: «Le leo media hora y ya estoy como una rosa», dijo la autora de Historia de una anatomía.

El jurado ha elegido la obra de esta autora «por estar su poesía (la más machadiana de la generación del medio siglo) entre la desolación y la clarividencia, la lucidez y el dolor, susurrando (más que diciendo) palabras situadas entre la conciencia y la memoria».

«Tiene mucha razón el jurado», consideró Francisca Aguirre, que indicó que la conciencia y la memoria son los dos puntales de su poesía, que seguirá escribiendo «mientras el cuerpo aguante».

Francisca Aguirre (Alicante, 1930), es hija del pintor Lorenzo Aguirre, a quien le dedicó el poemario Trescientos escalones, y viuda del también poeta Félix Grande, que falleció en el 2014. Su primer poemario, que obtuvo el premio de poesía Leopoldo Panero, fue Ítaca.

Desde entonces, y con la excepción de la década de los ochenta, la autora ha continuado publicando su obra de manera ininterrumpida. Por otro lado, la autora obtuvo el Premio Nacional de Poesía en el año 2011 con su poemario Historia de una anatomía (2010), libro con el que también obtuvo el premio Miguel Hernández 2010.