Pionera en la producción de filmes de gran presupuesto en España y productora habitual de Juan Antonio Bayona, Belén Atienza (1970) ha recibido recientemente el premio honorífico del I Festival de Cine de Mujeres, a dos meses de estrenar su último proyecto, la secuela de Jurassic World, codo a codo con Steven Spielberg.

-Es muy joven para recibir homenajes, ¿cómo se lo toma?

-Me hace ilusión, creo que este festival es una iniciativa maravillosa. La labor del productor es bastante invisible, no solo por ser mujer, así que es un reconocimiento bonito y estimulante.

-Ha sido pionera en hacer películas de gran presupuesto en España. ¿No ha sentido nunca vértigo?

-Hay un punto de inconsciencia cuando haces cosas que no se han hecho antes, pero también hay que decir, y esto se dice muy poco, que hemos estado muy arropados, en España hay equipos de muchísimo nivel, al nivel de los más top del mundo.

-Aun así, ha tenido que vivir momentos de salto al vacío.

-Ha habido momentos complicados. Cuando son proyectos grandes, las crisis también son grandes: en Lo imposible, intentando diseñar la ola, inviertes mucho y de repente no funciona; en Un monstruo viene a verme, el esquema de financiación fue muy complicado, y las negociaciones con las estrellas internacionales son siempre difíciles y requieren mucho tiempo y energía.

-¿En qué se diferencia trabajar en una superproducción como ‘Jurassic World: El reino caído’?

-En anteriores películas, las decisiones las tomábamos un equipo reducido: el director conmigo y con los coproductores habituales, normalmente Telecinco. En una película tan grande y que además forma parte de una saga, las decisiones pasan por muchos filtros, tienes que escuchar muchas más voces en la parte creativa. En términos de producción pura y dura, en Hollywood funcionan como un ejército: todo está muy planificado. Cualquier cambio requiere tiempo para virar el trasatlántico, como dicen ellos. En este caso fue como la seda. Estaba muy bien preparado.

-¿Cómo ha sido trabajar con Spielberg como coproductor de una película de esta magnitud?

-Ha sido una de las cosas más gratificantes que hemos sacado de Jurassic, intercambiar opiniones sobre la historia y la planificación con él. Es una persona extremadamente creativa, siempre busca cómo hacer las cosas un poco mejor y tiene al público muy presente, le sale de manera inconsciente, y es algo que también le pasa a Jota (Bayona).

-‘Jurassic World’ se rodó en los estudios Pinewood, de Inglaterra. ¿Qué habría sido necesario para traerla a España?

- En los últimos años se han dado pasos para atraer rodajes grandes a España, pero aún no somos suficientemente competitivos. Tenemos un ecosistema variadísimo, puedes rodar todo tipo de paisajes y los técnicos españoles son buenísimos. Pero nos faltan instalaciones como la perdida Ciudad de la Luz. Trabajar en Pinewood pensando lo que teníamos aquí te sabe mal. Es frustrante. Allí desarrollan a la vez 4 o 5 películas de gran presupuesto. Nosotros teníamos eso al alcance de la mano y lo perdimos. Ahora tenemos que competir con otras cosas, como los incentivos fiscales, pero los países de nuestro entorno son más competitivos.

-Se han presentado los Presupuestos Generales del Estado 2018 y las ayudas al cine prácticamente se mantienen igual, ¿qué opina?

-Para el potencial de nuestra industria, las ayudas son ridículas, se están quedando fuera películas de autores consagrados. Creo que hay que mantener la presión porque el sistema se está pervirtiendo por la falta de dinero.

-¿En qué sentido se está pervirtiendo?

-Se está forzando mucho el tipo de proyectos para que encajen en el sistema, igual metes cosas que no necesitas solo para conseguir puntos. Pero no es un problema del sistema, sino del poco dinero que hay, eso condiciona los proyectos que salen, incluso desde el punto de vista creativo. ¿Qué tipo de cinematografía estamos construyendo con un sistema así?

-¿Cómo valora la reforma que prepara el Gobierno para favorecer la presencia de más mujeres en puestos clave?

-No es la panacea pero hay que trabajar en todos los frentes, también en el de la educación. Parte de la discriminación femenina es autodiscriminación. Hemos sido educadas en un sistema donde los puestos de responsabilidad los ocupan hombres y a priori no tienes tendencia a ir hacia allí. Todo lo que sea ayudar a construir referentes para que las jóvenes mujeres se sientan cómodas y motivadas para seguir está muy bien.