Cuenca acoge, desde ayer, la 58 edición de la Semana de Música Religiosa, que en esta edición ha concedido los premios honoríficos al compositor estonio Arvo Pärt, máximo representante del minimalismo sacro y músico fundamental para entender la evolución de la creación musical religiosa y espiritual del último medio siglo, y a la Kremerata Báltica, formación compuesta por jóvenes virtuosos de los estados bálticos, nacida hace dos décadas por el destacado violinista y director de orquesta letón Gidon Kremer, firme defensor de la producción religiosa y espiritual contemporánea.

Precisamente, ayer se inauguró la semana con un recital, con obras de Händel, Bach y Gounod, a cargo de la soprano Estíbaliz Martyn y de Ignasi Jordá, al clave y órgano, seguida de la conferencia coloquio sobre La música religiosa, la música en la iglesia, con la participación de Fernando Pérez Ruano, Pedro Mombiedro y Cristóbal Soler, para finalizar con un concierto homenaje a Arvo Pärt, a cargo de Gidon Kremen y la Kremerata Báltica, que interpretaron obras de Pärt y Weinberg.

La semana se enriquece con diversos eventos, como los conciertos pedagógicos, con el ánimo de formar al público infantil y juvenil; una gira académica que llevará obras de música religiosa a Tarancón (Cuenca); conferencias coloquios; la Semana de Pasión, que se inició ayer, con seis conciertos; la Semana Antigua, con cuatro conciertos, y la Semana Contemporánea, con el estreno absoluto de obras de seis jóvenes compositores seleccionados, a cargo del Trío Brouwer, y conciertos con obras de Olivier Messiaen y Pierre Boulez.

La muestra conquense, nacida en 1962, es un referente dentro de la música religiosa y espiritual en Europa y tiene como característica el estreno mundial de obras encargadas para esta ocasión.