Desde ayer se puede adquirir el cuarto trabajo discográfico de la cantante cordobesa Trinidad Montero La Trini, en el que recopila doce de las canciones que la han acompañdo toda su vida, que han evolucionado con ella y que ahora ha grabado en directo junto a sus músicos de siempre. Con Confesiones de una diva, La Trini vuelve a transportar a distintos lugares del mundo a través de un viaje musical en el que confluye el flamenco, el filing cubano, la copla y el jazz, aunque en esta oasión, reconoce, el verdadero viaje es a su interior, a su experiencia vital hasta el presente, en el que se permite, dice, hasta la belleza de la imperfección.

-Llega a su cuarto disco con ‘Confesiones de una diva’. ¿Qué encierra bajo este título?

-Este disco encierra mucha Trini, la del escenario y la cotidiana. De alguna manera, es la fuerza, pero también la fragilidad. El disco se compone de un ramillete de canciones que me han acompañado a lo largo de toda mi carrera, algunas de ellas durante 15 años, como Fiebre de ti, por ejemplo. Son nueve canciones, pero, en realidad, son doce, ya que hay tres unidas. Son canciones que han evolucionado conmigo y quería compartir con la gente cómo me siento ahora, en qué punto estoy.

-¿Le ha costado mucho llevar a cabo la selección de los temas?

-No. Esas canciones tienen nombre de personas, de situaciones, de vivencias. Tienen lágrimas, alegrías, momentos especiales de escenario. Hay mucha verdad de Trinidad Montero en ellas.

-¿A qué mundos nos hará volar con estas doce canciones?

-Se puede decir que al Mediterráneo, al filing cubano, a la bossa, al flamenco, pero todo con una forma de expresión y un sonido muy personal que Juan Antonio Sánchez, el productor, le ha ortorgado al disco. Queríamos darle a esas canciones, algunas de ellas muy escuchadas, esa personalidad, esa forma de sentir que tenemos.

-¿Con quién ha contado para este disco?

-Además de con Juan Antonio Sánchez al piano, también han estado Juanma Ruiz al bajo, Patricio Cámara a las percusiones, Eles Bellido al violín, y Cristóbal Agromonte al saxo. Lo hemos grabado en directo en un estudio de Adamuz. Yo quería grabarlo con mi gente de siempre, todos ellos grandes músicos. Creo que eso ha otorgado mucha verdad al disco.

-Prácticamente todos esos músicos son cordobeses, lo que quiere decir que en esta ciudad hay un alto nivel artístico.

-Creo que hay propuestas muy interesantes en muchas disciplinas artísticas.

-Hablando de arte. ¿Qué le parece lo sucedido con la exposición ‘Maculadas sin remedio’?

-Todo se basa en el respeto. Cada uno tiene su forma de ver la obra y creo que la radicalidad no es buena. ¿Qué lleva a la gente a querer rajar una obra? Mi opinión es que hace falta más respeto, en general. Yo puedo no pensar igual que tú, pero eso no significa que tenga que faltarte el respeto. Nos puede gustar o no. En este país no salimos a la calle por cosas más importantes que esto, como el recibo de la luz.

-Para llegar a este disco ha tenido que hacer una campaña de ‘crowdfunding’. Parece que lo ha conseguido.

-Así es. La respuesta del público fue muy buena y, aparte de mi inversión, hacía falta un pequeño empujoncito, y lo hemos tenido. Pronto tendrán sus mecenas la recompensa.

-Su seña de identidad es la fusión entre copla, flamenco, ‘filing’ cubano, jazz…¿Hay algún ritmo que se haya prohibido a sí misma?

-Nunca lo pensado. Más que ritmo, lo que quizá me prohíbo es abordar un flamenco más profundo, más hondo. Eso son palabras mayores y cada artista tiene que conocer sus limitaciones. Pero yo no pienso en eso, simplemente me dejo fluir.

-¿En qué ha cambiado La Trini en estos años?

-Con este disco, he dejado pasar algunas imperfecciones, porque me he dado cuenta de que también hay belleza en ellas. Estamos acostumbrados a tener mucha información, y eso nos lleva a ejecutar muy bien los instrumentos, a una técnica depurada, pero, desde mi punto de vista, el arte también es otra cosa. Yo he trabajado mi técnica durante muchos años, pero ahora me olvido de que la tengo y me pongo al servicio de las personas a través de mi corazón. Ahora me olvido del sufrimiento que supone aspirar a a la perfección.

-¿Cuándo empezará a dar rienda suelta a este disco en directo?

-Queremos empezar a rodarlo, lo presentaremos en Córdoba después del verano en el Teatro Góngora. Y después nos iremos a Japón.

-Hace un año que se instaló en Córdoba. ¿Ha cambiado mucho la ciudad?

--Yo creo que quien ha cambiado soy yo. Córdoba me da tranquilidad, aunque, culturalmente hablando, aún nos queda mucho por hacer.