Lo que no ha logrado la rápida transformación digital que se ha producido en los últimos años, lo está cuestionando precipitadamente el coronavirus. Nadie duda de la salud del papel, ni editores ni libreros, pero con el cierre de los comercios tradicionales las ventas se han frenado en seco. Para tratar de salir de esta situación, editoriales y librerías cordobesas están promoviendo iniciativas para mantener la actividad y la comunidad de lectores que habían creado. No obstante, como aseguran, las ventas por internet siguen siendo mínimas. La Librería Luque, con más de cien años de historia acumulada, se ha visto obligada a presentar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para sus seis trabajadores. Así lo asegura Javier Luque, nieto de Rogelio Luque, que remarca que siguen sirviendo los pedidos que llegan a través del correo electrónico o internet. «Estamos llamando a la lectura. Mantenemos la página web operativa y aceptamos pedidos», indica. Los ejemplares los están sirviendo a través de mensajería con todas las medidas de seguridad.

Ante este panorama, la librería La República de las Letras ha creado un nuevo cauce de contactos con su comunidad lectora a través del correo eléctrico (loslibrosvanatucasa@gmail.com) y de las redes sociales. Así, atienden consultas, hacen recomendaciones y permite adquirir libros que envía con un repartidor habilitado. La bibliotecaria y propietaria de La República de las Letras, Ana Rivas, asegura que el servicio está prestado especialmente para personas de Córdoba. «Tenemos creada una comunidad y queremos que esa comunidad siga existiendo prestando nuestros servicios», indica. Rivas remarca la gran incidencia que está teniendo el estado de alarma en el comercio. «La situación para el pequeño comercio es ruinosa, venimos de una situación que no estaba bien, aunque esperamos salir», señala. En estos momentos, asegura que les están llegando peticiones de libros de ficción, pero también de ensayo y conocimiento. «En estos días la gente está aprovechando para leer cosas sobre su profesión, novelas y se están comprando libros para los niños y los jóvenes», explica. Entre las iniciativas que contempla, tiene pensado convocar un concurso a través de las redes sociales, que sorteará cuando finalice el confinamiento un lote de libros.

La situación también se ha complicado en las editoriales cordobesas. «Todos estamos confinados y hacemos los consejos editoriales a través de videoconferencia», afirma José María Arévalo, director de comunicación de la editorial Almuzara. Una vez por semana acuden a recoger y envían los pedidos que llegan por internet, aunque reconoce que se están haciendo pocos. Junto al envío del ejemplar físico, recuerda también las publicaciones en pdf que remiten por internet. Precisamente, en estas fechas resulta curioso que lo más se está demandando son libros sobre virus o publicaciones prácticas como Manuel para organizar tu casa, Cena para peques, Te van a despedir y lo sabes, Virus o Superbacteria. A partir de mañana, a través de su canal de youtube, pondrá a disposición de los chavales un capítulo cada día del libro Ana de las tejas verdes.

En el caso de la editorial Utopia, Ricardo González Mestre asegura que la distribución se «ha caído» totalmente. «En marzo y abril teníamos preparados para distribuir 15 títulos, además de proceder a la presentación de algunos de estos libros», indica González Mestre. El responsable de la editorial cordobesa señala que por internet «se está vendiendo muy poco». Para mantener el contacto con los lectores, siguen enviando a los suscriptores de la editorial el libro del mes que piden. «El panorama es una ruina. Tengo que pagar dentro de 60 días y tendré que negociar cómo retrasar el pago porque no hay dinero suficiente para abonar las ediciones», indica.