ORQUESTA DE CÓRDOBA

DIRECTOR: Lorenzo Ramos

PROGRAMA: Obras de Beethoven

Comenzó el jueves pasado la temporada de conciertos 2017-2018 de la Orquesta de Córdoba con Lorenzo Ramos como director titular. La particularidad más reseñable de este ciclo es su celebración en el Teatro Góngora, con una acústica mejor que la del Gran Teatro y una capacidad que se demostró suficiente para albergar a los asistentes --abonados y fortuitos--. En cuanto a la programación, no se puede considerar novedosa: seguimos en la tónica general de las temporadas dirigidas por Ramos, que este año cerrará el ciclo de las sinfonías de Beethoven, comenzado la temporada pasada. El programa elegido para esta apertura estuvo compuesto por la Sinfonía nº 2, en Re mayor, Op. 36 y la Sinfonía nº 8, en Fa mayor, Op. 93 del maestro de Bonn.

La segunda sinfonía marca, según Grove «el punto culminante del Antiguo Régimen, prerrevolucionario, de Haydn y Mozart, punto desde el que Beethoven va a partir hacia regiones en las que nadie antes de él había osado aventurarse». Jalona así esta sinfonía un punto de no retorno en el que no se encuentran reflejos de la simultánea crisis de Heiligenstadt: imbuida de una alegría desbordante, sonó más acelerada que ligera, superando la premura a la jovialidad.

Con la octava (con un tono general bastante parecido a la segunda, aunque sea una obra más intensa y elaborada) ocurrió algo parecido, aunque dado el mayor calado de la obra, las carencias se hicieron más evidentes: sin abundar, el pasaje contrapuntístico del Finale pasó por dificultades en la cuerda y la ausencia de articulación afloró sin quedar velada por esa celeridad tan apreciada y reproducida por Ramos.